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¿Qué sería de nosotros los gamers sin alguna polémica en nuestras vidas? The Game Awards siempre levanta comentarios de todo tiempo pero en este 2024, más que en cualquier otra de sus ediciones, ha levantado una marejada de críticas tanto de la prensa, como de nosotros, los jugadores que cada año invertimos nuestro dinero y tiempo en algunos de los estrenos más esperados. ¡Y eso que apenas anunciaron a los nominados! ¿Qué pasó en esta ocasión?

Venimos de 2023, uno de los mejores años en la Historia de los videojuegos. Los estrenos fuertes, ya fueran AAA o independientes, fluyeron a lo largo de doce intensos meses. Era obvio que, como industria, ese ritmo debía menguar en preparación de los siguientes estrenos realmente importantes, aquellos especialmente diseñados para vender consolas. Fue un año menor en comparación pero no por ello, menos llamativo, ¡al contrario!

Sorpresas hubo muchas pero la principal es que el público, está ansioso de experiencias novedosas más allá de los universos clásicos que ya conocemos. Los ejemplos más claros este año fueron Stellar Blade, Metaphor: ReFantazio y Black Myth: Wukong (aunque este sea basado en la famosa novela de Viaje al Oeste), tres nuevas franquicias recibidas con los brazos abiertos.

De igual formas, las franquicias bien establecidas también recibieron notorias entradas: un nuevo Zelda enfocado totalmente a la resolución de puzzles, el aclamado remake de Silent Hill 2 y el segundo episodio de Final Fantasy VII, una buena secuela de Hellblade y uno de mis favoritos del año, Prince of Persia The Lost Crown que sigo sin comprender como pasó tan desapercibido (hasta por el jodido Ubisoft).

Cuando llegó el momento de ver las nominaciones de The Game Awards el pasado 18 de noviembre, las quinielas de muchos se vinieron abajo al ver a los elegidos, en especial para la categoría de Juego del Año. Sin embargo, me parece que las quejas, salvo una muy particular, tomaron una dirección equivocada.

Stellar Blade en The Game Awards
Claro, como si el juego que varios medios llamaron inmoral fuese a ser reconocido como juego del año. En el corazón de varios lo será y eso es lo importante. Imagen: Shift Up.

The Game Awards 2024: sus protagonistas

Los seis nominados fueron: dos RPG preferidos de los más hardcore, Final Fantasy VII Rebirth y Metaphor; la revelación arriba mencionada, Black Myth: Wukong, el encantador plataformero y el paso adelante que Sony desesperadamente necesita de una nueva IP consolidada, Astro Bot, el indie Balatro, equivalente a la película independiente que nominan siempre en los Oscar que nunca ganará pero su presencia es para mostrar “una industria equitativa” y finalmente, Shadow of the Erdtree, un DLC del aclamado y ganador al GOTY en 2022, Elden Ring. ¿Qué pasa con cada uno?

De los tres primeros mencionados, nadie tiene comentario alguno, al contrario: su lugar estaba cantado. Son los otros tres los que tuvieron todo el reclamo y Astro Bot me pareció el más injustificado de todos.

Hasta ahora, esta generación de consolas, Xbox Series S/X y PlayStation 5, me ha parecido uno de los fraudes más grandes de la vida. Han pasado cuatro años desde su lanzamiento y apenas, ambas empiezan a soltar algunas cartas fuertes exclusivas para dichos sistemas. En el caso de Sony, Astro Bot era algo urgente que debían tener en medio de su dependencia a los juegos de acción ultra serios y cinematográficos que no han sabido soltar. Tener un buen juego de plataformas 3D, colorido, simpático y que además, rinde tributo a la historia de la compañía (algo que en realidad no hacen mucho), es hermoso e indispensable.

Balatro es la carta de inclusión que la premiación hace cada año. Aunque el consumidor ha demostrado que el futuro real está en los indies y no en las mega producciones que cada año quedan a deber en algún aspecto, esta es una mención más de “te reconocemos, sabemos que estás, no pasará de ahí”. Eso sí, había mejores representantes, como el ambicioso UFO 50 o el ameno The Plucky Squire.

La verdadera polémica recae en su fregadera de nominar un DLC como juego del año. ¿Cómo por qué? ¿Por qué no tuvo ese mismo destino The Phantom Liberty, expansión de Cyberpunk 2077 que cambió por completo aquel título?

Ojo: nadie cuestiona la calidad del mismo, al contrario, amo como la supuesta crítica especializada lo detestó por su dificultad. Pero, ¿no para eso existe una categoría especial en The Game Awards llamada Ongoing Games donde queda perfecta? De estar ahí, nadie habría dicho nada pero, en su afán de cambiar las reglas todo el tiempo, a su productor Geoff Keighley le parece divertido robar la atención de esa manera, dejando claro que el objetivo de estos premios no es reconocer a la industria, es vender espacios publicitarios.

El gran campeón en The Game Awards: lucrar con la polémica

El verdadero valor del evento recae en los anuncios que se realizan a lo largo de la ceremonia. Tengo más presente que el año pasado, Kojima mostró un juego nuevo en colaboración con Jordan Peele y el spot de Sega sobre como retomará franquicias clásicas (que no han hecho, por cierto), que a los ganadores del 2023. Es algo deprimente pues persiste en estancar al medio en su estado más comercial sin realmente enaltecer los valores artísticos de cada obra.

Como siempre, todo se reduce a esta fragmentación interna entre los fanáticos en muestra absoluta de que poco hemos cambiado desde la guerra de consolas de los 16 bits hasta la fecha. “Mi juego es el mejor porque…”, “¿por qué nominaron esa mamada?”, son comentarios que solo provocan fricciones entre una, de por si, comunidad más reconocida por lo tóxico que por su unión. En cambio, cada empresa está contando todos los billetazos de ingresos obtenidos por estar tan solo mencionados ahí. A ellos no les importa que todos digan que favorecen a Sony, excluyen a Microsoft, etc.; sus ganancias se basan con nuestros gritos y sombrerazos.

Como usuario, las premiaciones, no solo de videojuegos sino de cine o música, nos deben de servir solo como guías, más allá de ser una verdad absoluta. Puedo decir que sin ediciones pasadas de The Game Awards, no habría conocido maravillas como Her Story o Firewatch que habrían pasado desapercibidas de no ser por los reflectores obtenidos. Pero si a ustedes les gusta la seriedad y el rush que provoca ver ganadores o perdedores, las opciones a seguir siempre serán los D.I.C.E. Awards o el BAFTA, en definitiva de mayor credibilidad.

Al menos y a la vieja usanza de las grandes revistas de antaño como EGM, la producción ofrece una alternativa para que el público, bien democraticamente elija a sus favoritos año. Al menos las conversaciones con amigos se ponen divertidas, mientras no salga a relucir el fanatismo.

De mientras, el 12 de diciembre se pondrán los catorrazos en redes cuando veamos que un DLC, seguramente se lleva la anhelada presea. Favoritismos siempre habrá, así es la vida. Ni hablar.

Opinión sobre The Game Awards 2024
¿Qué nuevas reglas se inventarán el próximo año y que hará enojar a los gamers? Imagen: The Game Awards.

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