Opinión: Nintendo Labo
Quien se dice videojugador, debe darse la oportunidad de jugar todo lo que pueda.
Una vez leí o escuché (ni siquiera recuerdo bien) una frase que considero muy ad hoc a lo que es Nintendo Labo: “sabes que un adulto ha alcanzado la madurez plena, cuando recuerda la seriedad con la que jugaba cuando era niño”.
Eso es básicamente Nintendo Labo, al menos para mí, al igual que para quienes leen esto y ya están al menos en la etapa de la pubertad. Un recordatorio de lo serio que un niño se toma la que que debiera ser una de sus actividades principales: el juego.
Porque desde luego nadie tiene problema con ver a un niño armando y luego jugando con piezas de cartón, pero si se trata de un adolescente o un adulto, comienzan a surgir los paradigmas y, ¿por qué no decirlo? cierta discriminación o “menosprecio”. “¿Es para ti?” “¿Vas a jugar armando figuras de cartón?”
Lo anterior no lo digo nada más por hablar. Yo mismo viví ese tipo de actitudes tan pronto como tuve mi “Variety Kit”. Mientras lo llevaba a casa a bordo del transporte público (un trolley en Estados Unidos), mi vecino de asiento echaba pequeños vistazos a la caja que yo llevaba, hasta que me preguntó: “¿es Nintendo Labo verdad? ¿Es para un niño, verdad?” Respondí que era para mí, e inmediatamente sonrío y emitió una pequeña risa de manera burlona.
Pensando precisamente en aquellos a quienes sí les afectan este tipo de comentarios, e incluso los inhibe de adquirir su propio Nintendo Labo (sea el “Variety Kit” o el “Robot Kit”), es que decidí el tema de mi columna en esta ocasión.
Que alguien no adquiera este “juego” de Nintendo lo entiendo perfectamente, pues no todos los juegos son para todos los públicos, y el de Nintendo Labo es uno bastante específico: el de niños mayores de 6 años. Es decir, yo, y probablemente tú que estás leyendo esto, no somos el target inicial del juego.
Pero, ¿quién dice que por no ser el público meta, no podamos disfrutarlo? ¿O es raro ver a un niño jugando un juego clasificación “M”, y disfrutarlo? Por supuesto que la respuesta, malamente, es “No”, no es una situación atípica.
Esto no es una reseña (esa llegará en unos días después), por lo que no ahondaré en detalles. No obstante, es una invitación a la reflexión, a ser más receptivos a ideas originales como ésta, que se salen del molde (más no de la caja). Por supuesto que no porque algo sea una novedad significa que sea necesariamente bueno, pero sí merece la pena echarle un vistazo, aunque sea de reojo. Específicamente hablando de una industria de los videojuegos, tan saturada con juegos del mismo género, que alguien intenté algo fuera de lo ordinario, es admirable.
Habiendo ya experimentado el proceso de armado de una primera figura (la casa) y probado los minijuegos, puedo decirles con toda certeza que al menos hasta ahora, ha sido una experiencia bastante entretenida. Una que te aleja del televisor para ponerte a usar tus manos y echar a volar la imaginación.
Quien se dice videojugador, considero, debe darse la oportunidad de jugar todo lo que pueda, de probar géneros, cosas nuevas. Apártense de los prejuicios, jueguen Nintendo Labo todo lo que puedan y quieran. Recuerden que “esto de los videojuegos” tiene un fin único, y ese es: divertir. Y también jueguen (los que su edad se los permita), God of War.
Háganse un favor, jueguen todo y decidan qué les gusta y qué no, sin prejuicios. ¡A divertirse que para eso son los videojuegos!