Reseña: Wild Hearts

Electronic Arts y Koei Tecmo unen fuerzas para Wild Hearts, un nuevo juego de caza de enormes monstruos que llega con buenas ideas, aunque también con sus fallos.

Los juegos de cacería de grandes enemigos tienen a Monster Hunter como el máximo exponente, franquicia que por muchos años ha sido dominante en el género sin tener un rival que esté a la altura. En búsqueda de plantarle cara a la la saga de Capcom, Electronic Arts se alía con Koei Tecmo y Omega Force para el lanzamiento de Wild Hearts.

Ya desde los primeros rumores este nuevo juego, bajo el sello de EA Originals, era señalado como un nuevo juego “estilo” Monster Hunter al basarse en cazar monstruos de gran tamaño. Con el paso del tiempo, el juego fue mostrando que, en efecto, la influencia de Monster Hunter estaba más que presente, pero no se queda solamente en eso.

Aunque a simple vista puede verse como un intento más de replicar el éxito de la popular franquicia de Capcom, Wild Hearts se presenta con unas armas muy llamativas para brillar por sí solo y ser realmente un buen rival para Monster Hunter.

Después de varias horas de juego, estas son mis impresiones acerca de Wild Hearts. ¿Puede contra Monster Hunter? Vamos a verlo.

Historia

La historia de Wild Hearts transcurre en una exótica y fantasiosa versión del Japón feudal. Aquí, tomaremos el control de un desconocido cazador de bestias al que podremos editar en diferentes aspectos desde su cabello, rostro, voz y otras opciones típicas de un RPG.

Si son como yo que pasan un largo tiempo dedicándole a crear al personaje perfecto para el juego, el editor de Wild Hearts tiene un buen abanico de posibilidades para crear al personaje que salga de nuestra mente.

Con el personaje elegido estaremos ante un mundo que ha cambiado en gran medida, esto gracias a la presencia de enormes criaturas conocida como Kemonos. Los Kemonos han hecho que todo el mundo cambie para adaptarse a ellos, haciendo que la humanidad quede desplazada.

Después de una introducción algo extensa, entraremos de lleno a la narrativa que nos llevará hasta Minato, una ciudad que está a punto de la extinción debido a los Kemonos que cada vez más se apoderan del territorio, siendo imposible vencerlos puesto que no hay los suficientes cazadores para derrotarlos.

Es ahí donde entramos en acción siendo un cazador experimentado que, por circunstancias de la historia, nos vemos involucrados con los habitantes de Minato, al tiempo de que terminaremos siendo la última esperanza para el resurgir de la ciudad.

A nivel narrativo la realidad es que el trabajo presentado por Omega Force, estudio encargado del desarrollo, es apenas suficiente para justificar la cacería de las bestias.

Estaremos ante una estructura de hacer un encargo aquí y allá, para luego de hacerlo conocer un poco más de cada habitante. La construcción de los personajes de apoyo está bien y funcionan bien como eso, apoyar.

Teniendo los conflictos de una civilización casi a punto de acabarse por culpa de los kemonos no hay mucho más que lo inicialmente presentado y es una lástima ya que se desaprovecha el ofrecer una historia un poco mejor, pasando lo narrativo muy fácil a un segundo plano.

¡Llegó el momento de la cacería!

Wild Hearts, en lo que respecta a su jugabilidad, no llega a plantar en la mesa un fuerte golpe que sacuda por completo el género muy dominado por Monster Hunter, pero si ofrece ciertos añadidos que le dan su propia identidad.

Como mencioné anteriormente, como cazadores experimentados estaremos asignados a diferentes misiones para ayudar a la gente de Minato, esto mediante la caza de diferentes Kemonos en hasta cuatro grandes entornos, cada uno representando una estación del año, entornos que ofrecen una variedad rica en ambientación como algo más de bosque hasta algo más marino.

Sirviendo Minato como nuestra base, nos iremos desplazando por las demás áreas para cazar y repetir esto con los 21 grandes kemonos que hay de lanzamiento.

Partiendo con los Kemonos, estas bestias brillan por si solas desde el primer encuentro. Ya desde el tutorial estaremos ante un lobo de grandes dimensiones con la capacidad de hacer ataques basados en la nieve. Teniendo esta entrada, el resto de Kemonos se van presentado conforme vayamos avanzando desde los mas básicos, hasta grandes retos.

El diseño de los Kemonos nos presenta bestias inspiradas en ciertos animales como un jabalí o un gorila, agregando toda esa parte de fantasía sobre de estos, en una combinación que resulta maravillosa como puede ser un gorila de piedra que tiene sus ataques de fuego.

Los combates con ciertos Kemonos pueden llegar a ser alucinantes y todo un reto para cualquier jugador, inclusive para aquellos experimentados en el género. Cada Kemono cuenta con sus propios ataques, por lo que la estrategia en uno puede no funcionar en otro. Además, habrá ocasiones en la que estemos ante algunos de menor tamaño que llegan inclusive a ser más peligrosos que aquellos más imponentes por un tema de agilidad en sus ataques.

Algo a resaltar y que desde EA mostraron mucho en sus adelantos es que los Kemonos usan el entorno de la naturaleza para fortalecerse, teniendo así, por ejemplo, Kemonos que convocan raíces que tienen un largo alcance para hacernos daño.

Para vencer a los Kemonos tendremos un arsenal que esta encabezado por una katana, pasando por una espada de gran tamaño, un mazo, un arco y demás.

Cada arma tiene sus fortalezas y debilidades, esto siendo ya dependiendo de cada jugador el tipo de juego que quiera tener con algo más ágil como la katana o con golpes fuertes, pero lentos con el mazo o irse a la segura desde la distancia con el arco.

Las armas tienen una extensa cantidad de mejoras que pueden hacerse para tener mayor poder, ser más letales ante cierto tipo de enemigos. Para mejorar las armas habrá que ir hacia las mesas que hay en la ciudad o las que se pueden construir en cada área y ahí mejorarla, esto mediante materiales obtenidos tras la caza de los enemigos y algunos otros adicionales que deberemos ir recogiendo en las zonas o que directamente podremos comprar en la ciudad.

Al igual que las armas, podremos crear una diferente serie de armaduras inspiradas en los Kemonos que vayamos cazando. Estas armaduras darán diferentes estadísticas, por lo que es muy recomendable no quedarse solo con una e irla cambiando dependiendo al Kemono que enfrentaremos en turno para tomar cierta ventaja.

Utilizando mayormente la katana como principal arma, Wild Hearts ofrece un combate muy ágil y dinámico. Teniendo ataques en serie y combos, el sistema de combate se siente muy placentero una vez que se llega a tener el dominio de un arma.

Obviamente el estilo de combate será más o menos ágil dependiendo el arma utilizada, aunque debo mencionar que hasta el arma más pesada da un sentimiento de dinamismo, cosa que se agradece a comparación de Monster Hunter al que siempre he sentido más pausado en cuanto al movimiento del personaje.

Además de los ataques, el sistema de combate se complementa con un botón para esquivar, otro para correr que, combinado con el esquive, permite deslizarnos, sintiéndose todo en conjunto una jugabilidad dinámica al momento de estar combatiendo.

El apoyo de los Karakuri

Teniendo como base todo lo ya encontrado en juegos de Monster Hunter o en otros del mismo género como Dauntless, Wild Hearts introduce como novedad los Karakuri, un sistema de construcción que potencia todo el sistema de combate.

Los Karakuri dentro de la historia se presentan como una tecnología olvidada a la que tenemos afinidad y que permite la creación de diferentes tipos de objetos. Así podremos hacer cosas sencillas como campamentos, fogatas, torres para localizar kemonos y hasta formas de transportarse más rápido por las zonas como una tirolesa.

Pero el fuerte de los Karakuri llega en su forma de combate, aquí tendremos acceso a la construcción de diferentes estructuras al principio unas muy básicas como unas cajas o un pequeño trampolín, pero más adelante habrá otras construcciones más avanzadas que serán de una enorme utilidad para nuestros enfrentamientos contra los Kemonos.

Este sistema le da ese toque novedoso a una fórmula bien conocida, pues construir una serie de cajas nos permite hacer ataques aéreos que harán más daño, convocar un martillo gigante para un fuerte ataque, hacer una muralla para contrarrestar algún ataque enemigo o hasta una serie de pilares que atraparán al enemigo, dejándolo vulnerable para atacarlo.

Puede que sea una idea muy simple este agregado, pero es precisamente la simpleza de poder construir algo en medio del combate que hace que Wild Hearts tenga su propio brillo en combate si es que se le pone frente a frente contra Monster Hunter.

Al principio puede resultar un poquito complicado construir, pero el juego tiene una curva de aprendizaje lo bastante bien diseñada para llevarnos de la mejor manera de la mano hasta poder usar los Karakuris más avanzados de la mejor manera.

Es verdad que el tipo de estructuras Karakuri para el combate son limitadas; sin embargo, el número es el ideal para aprender a usarlas y no ser aburrido convocarlas.

Tanto las armas como los Karakuri en conjunto brindan una agradable experiencia de juego ante unos Kemono que pueden llegar a ser realmente muros muy complicados de escalar. En caso de estar atascado con algún enemigo o simplemente querer farmear más materiales, Wild Hearts cuenta con un más que acertado modo multijugador en línea.

Al combate en compañía

Contando con crossplay, todo el juego puede pasarse en compañía de hasta otros dos compañeros, siendo tan sencilla la invocación de ayuda como presionar un solo botón al ver al Kemono que vayamos a cazar o unirnos a cualquier caza desde la hoguera.

Si algo he llegado a ver como debilidad de Monster Hunter es lo difícil que puede ser jugar con otros jugadores, algo que aquí no se siente así ya que recibir ayuda o ayudar a otros jugadores es muy sencillo, más si tenemos en cuenta que no hay restricción de plataformas.

Es el juego con otros jugadores en donde Wild Hearts resalta más pues, si bien cazar solo es todo un reto que ofrece una gran satisfacción al vencer a un Kemono, las posibilidades que hay al hacer equipo con la construcción de los Karakuris es de otro nivel.

Durante las horas dedicadas a esta reseña todo lo que corresponde a tema de servidores funcionaron a la perfección, así como a la opción de chat de voz para tener una mejor comunicación con los demás jugadores.

Aspectos técnicos

Hasta ahorita, la mayor parte de lo mencionado en Wild Hearts es bastante bueno y todo lo comentado ha sido de mi total agrado, aunque las cosas están lejos de ser perfectas y es en todo lo que respecta a lo visual y rendimiento que el juego decae.

Teniendo como inspiración un Japón feudal de fantasía, los tráilers adelantaban unos entornos con mucha vegetación, vestigios de lo que alguna vez fueron construcciones y todo en primera instancia lucía muy bien, pero ya en el juego las cosas son muy diferentes.

Jugando en una Xbox Series S, el desempeño en cuanto a los gráficos deja mucho que desear. Desde el inicio es muy evidente unos visuales muy inferiores a lo que a estas alturas se esperaría de un juego, sobre todo en la nueva generación de consolas.

Y es un tema contrastante lo visual ya que cosas como los rostros de los personajes o los Kemonos están muy bien hechos y se ven bien, todo para luego tener calidades muy cuestionables en los entornos con texturas que parece que no cargan, gran cantidad de bugs en edificaciones que llegan a afectar al combate como los Kemonos que pueden traspasar toda una estructura.

Si bien los gráficos no son algo que me obsesionen, es muy notable que Wild Hearts visualmente no luce bien en su mayor parte, llegando hasta por momentos a sentir que estaba jugando un juego de PlayStation 3 o Xbox 360 con una muy limitada cantidad poligonal en los entornos.

Estos visuales tan bajos afectan mucho y es lamentable ya que el diseño artístico del juego en general es atractivo con lo que respecta a la naturaleza o la paleta de colores.

Adicionalmente, otro aspecto que le resta puntos a Wild Hearts son los altibajos en su rendimiento. En diferentes combates me vi con una inestabilidad importante en el framerate, esto mucho más marcado cuando estaba en otros dos compañeros y un Kemono de gran tamaño.

Los cuadros con tantos elementos en pantalla simplemente caían y, aunque solo eran por uno o máximo tres segundos, cortaban la experiencia de fluidez sobre todo cuando estaba en pleno combate y esos pequeños cortes en el framerate me llegaban a afectar al recibir golpes por no saber el momento indicado para esquivar.

Otro aspecto negativo es la cámara. En un juego en donde la movilidad es clave y más teniendo enemigos que de un solo ataque nos pueden matar, la cámara no está a la altura de lo que es la jugabilidad.

Por muchos momentos simplemente la cámara se perdía en la acción dejándome al Kemono de frente tapándome toda la visión, haciendo que no supiera bien que es lo que estaba pasando.

En cuanto a su sonido, Wild Hearts presenta una excelente banda sonora muy acorde a la temática japonesa con mucha música con instrumentos de cuerda en momentos de tranquilidad, pero subiendo la intensidad de las notas en los combates.

El juego cuenta con voces en inglés, castellano y japonés, siendo personalmente este último el que mejor le va al juego, todo con sus debidos subtítulos en español latino.

Conclusión

Wild Hearts es una agradable propuesta en lo jugable dentro de un género que tiene a un claro dominador, lamentablemente la ejecución no es del todo correcta.

Sin añadir a la fórmula ya bien conocida de otros juegos de caza de bestias cambios descomunales, lo hecho por Omega Force sí añade toques personales muy interesantes como una jugabilidad más dinámica y el uso de los Karakuri, estos últimos un elemento que le brinda a Wild Hearts ese algo que lo hace resaltar sobre el resto dentro del género.

Asimismo, lo que respecta a los Kemonos, tanto en diseño y todas sus mecánicas de ataque ofrecen un reto muy bueno que hará que pases unas buenas horas intentando derrotarlos, todo siempre con el respaldo de contar con un más que eficiente multijugador.

Desafortunadamente, Omega Force falla en apartados como los visuales y el rendimiento, siendo esto lo que le resta muchos puntos a toda la experiencia.

A pesar de tener una dirección artística con una propuesta llamativa, la calidad tan baja a nivel gráfico en temas tan básicos como texturas que no se ven bien si hacen que el juego no sea del todo disfrutable, aun y con lo bien que se siente el combate.

Por delante Wild Hearts tiene todavía larga vida, esto ya confirmado por Electronic Arts que anunció diverso contenido post-lanzamiento y gratuito, esperando que entre las actualizaciones hagan algo para mejorar la calidad gráfica y darle más estabilidad de rendimiento.