Reseña: The Last Oricru
Un soulslike de temática medieval-espacial en donde las decisiones serán cruciales para el rumbo que tomará la historia.
Un soulslike de temática medieval-espacial en donde las decisiones serán cruciales para el rumbo que tomará la historia.
Dark Souls no solo fue en su momento el inicio de una franquicia sino el nacimiento de todo un género que, con el paso de los años, ha tenido propuestas de todo tipo que, en algunos casos, resultan ser productos muy agradables; aunque en otras ocasiones no tanto.
Es en esta búsqueda de ofrecer algo nuevo en los soulslike que aparece en el horizonte el estudio GoldKnights. Con sede en República Checa, esta desarrolladora fundada en el 2015 presenta su propuesta para los soulslike bajo el nombre The Last Oricru que de inicio llama la atención por su combinación medieval especial y un atractivo sistema de decisiones.
¿Es The Last Oricru un juego que valga la pena? Aquí te lo decimos en esta reseña.
En medio de un conflicto galáctico
The Last Oricru nos pone al mando de un personaje llamado Silver que despierta sin recordar nada de su pasado en un planeta llamado Wardenia.
Aprovechando la amnesia del personaje como hilo conductor es que la historia irá tomando forma, partiendo de una guerra que está teniendo lugar en Wardenia entre las razas de los Naboru y los Ratidos, siendo este conflicto el que estará muy presente.
Nosotros estaremos en medio de este conflicto galáctico junto a un grupo también de humanos con los que tendremos diferentes tipos de interacciones para ir recuperando nuestros recuerdos y entender las razones por las que estamos en Wardenia.
El objetivo principal será salir del planeta al que llegamos, aunque en medio nos veremos involucrados en todo tipo de situaciones desde tradiciones y más siendo todo variante a lo largo de la historia para cada jugador gracias a un más que destacado sistema de toma de decisiones.
Decisiones que realmente importan
Es esta toma de decisiones el punto más fuerte de The Last Oricru ya que este será el encargado de construir la narrativa gracias a las decisiones y acciones que vayamos tomando, teniendo estas una verdadera repercusión en la historia.
A diferencia de otros juegos en donde las decisiones se limitan a obtener uno que otro dialogo diferente, aquí lo que hagamos tendrá peso en lo que suceda mientras se va desenvolviendo toda la trama, teniendo así como ejemplo perdonarle la vida a un personaje o matarlo, tomando la historia un camino muy diferente en cada caso lo que hace que tenga un valor rejugable interesante para hacer otra partida y elegir el otro camino para ver los cambios.
Otro gran ejemplo de esta toma de decisiones llega al momento de tener que tomar parte de alguno de los dos bandos que están en guerra. Inicialmente podremos estar con unos y ayudarlos, pero existirán muchos momentos en los que podremos cambiar de opinión y hacer algo para que el bando que ayudábamos nos tache de traidores.
Esta forma en la que se construye la historia termina por ser demasiado atractiva ya que hace que los sucesos no sean tan predecibles, pues en un momento todo va encaminado hacia un lado, pero de repente haces algo muy distinto y las cosas cambian.
Mientras la historia en general se siente bastante bien, existe un tema que desde que empieza el juego causa incomodidad y esa es la personalidad de Silver, el protagonista. A lo largo de todo el juego este tendrá una actitud sarcástica con diálogos que a veces no encajan con lo que está pasando lo que hace que se sienta extraño todo el tiempo, como si Silver estuviera hablando de algo muy diferente a lo que está pasando en ese momento.
Un soulslike a la regla
Como buen soulslike, The Last Oricru basa su forma de juego en este género teniendo así los clásicos botones de golpe, golpe fuerte, defensa, carga mágica, curación y el siempre recurrente botón de esquivar pare eludir a los adversarios.
Con esta mecánica de botones estaremos ante un RPG de acción con diferentes áreas por explorar y con diversas misiones que cumplir, todas estas de la mano con la toma de decisiones ya descrita. De esta manera estaremos en una fortaleza haciendo encargos para la Reina en turno o bien viajar hasta un volcán para darle caza a uno de los generales enemigos.
Las misiones que deberemos ir cumpliendo son realmente sencillas. Habrá alguna que otra con un poco más de dificultad como encontrar una palanca para encender un horno de forja que estará bastante bien escondido o simplemente limpiar una zona de enemigos.
Un punto atractivo de estas misiones es que algunas de ellas tendrán hasta un par de maneras de darles solución, todo ello con su respectiva consecuencia. Por ejemplo, en cierto punto nos pedirán buscar información sobre un personaje; aquí podremos buscar esa información por nuestra propia cuenta de una manera discreta o bien pagarle a alguien para que haga ese trabajo. Si decides hacer las cosas por tu cuenta todo se mantendrá igual y la historia avanzará normalmente, pero si tomas la otra forma, como fue mi caso, todo tomará un rumbo algo diferente ya que otros personajes sabrán sobre tus intenciones y habrá un giro que presentará otro tipo de situaciones a las que veníamos teniendo.
Algo agradable es que en el caso de no cumplir con la misión no nos veremos en la obligación de repetirla, sino que simplemente la historia tomará otro rumbo como cuando nos piden hacer algo con sigilo y somos descubiertos, no seremos obligados a intentarlo de nuevo para que no nos descubran, ya que simplemente el juego se irá por esa rama de que nos descubrieron.
Habrá igualmente otro tipo de misiones por hacer que se nos recompensarán con dinero o esencia, pues como todo soulslike existe todo un sistema para mejorar a nuestro personaje desde los atributos de fuerza, destreza, vida, resistencia y demás que podremos modificar dentro de áreas de descanso establecidas en forma de una esférica metálica.
Sin un gran desafío
Un punto sobre la progresión a resaltar es que, lamentablemente, la dificultad durante todo el juego es muy baja. A diferencia de otros soulslike en donde habrá un momento en el que toparás con pared si no estás lo bien preparado, aquí en The Last Oricru puedes simplemente subir algunos niveles de cada atributo, mejorar el arma inicial un par de niveles y tener una armadura del inicio para pasar sin problemas a los enemigos.
De esta manera se desperdicia mucho de lo que son los objetos del juego como todas las clases de armas que van desde espadas, lanzas, hachas, escudos y hasta unos anillos que serán muy útiles ya que estos al equiparlos nos ofrecerán diferentes atributos como una mayor velocidad de ataque o hasta conseguir más esencia al derrotar enemigos.
Hablando de enemigos acá estaremos ante una selección muy interesante en forma física de adversarios. Partiendo todo de nuestras elecciones, podremos tener como enemigos a los Naboru que son unos semi-humanos con armaduras medievales o los Ratidos que se presentan como unas ratas de gran tamaño que pueden hablar.
Además de estas dos razas durante la travesía nos enfrentaremos con otros enemigos como unos trolls de considerable tamaño, una mezcla entre buitres y humanos o una variedad de arañas que irán desde pequeñas y hasta otras más grandes.
Como era de esperarse habrá jefes los cuales son tan fáciles de derrotar que es decepcionante. Si los enemigos comunes no representan un reto, los jefes son lamentables ya que no existe ninguna clase de complicación para vencerlos debido a sus muy limitados movimientos, teniendo dos o máximo solo tres combinaciones que son muy fáciles de aprender.
Dolor de cabeza en los controles
Si bien los enemigos no representan ningún desafio, el enfrentamiento contra ellos puede dar más de un dolor de cabeza y todo gracias a los pésimos controles.
En juegos donde estas combatiendo todo el tiempo tener un buen control es vital para disfrutar la experiencia, algo que no pasa en The Last Oricru. Desde el inicio te puedes dar cuenta que estás ante un sistema de controles demasiado pobre con respuestas muy extrañas al soltar un golpe y ni que decir al momento de querer esquivar, todo combinado con una cámara que está muy mal posicionada con lo cerca que está que limita la fluidez al combatir.
Otra decisión muy mal tomada sobre los controles es el botón designado para correr, este se encuentra al presionar el stick izquierdo, siendo sumamente incomodo presionar este botón y querer dirigir al personaje, algo que es peor cuando tenemos que brincar en algunos espacios. Desafortunadamente no existe un remapeo para los botones.
Todos estos detalles en conjunto sobre los controles hacen que moverse y pelear en The Last Oricru sea una experiencia bastante frustrante.
Algo a mencionar es que toda la historia se puede jugar en cooperativo, no solamente en línea con algún otro jugador sino a pantalla dividida.
La posibilidad de jugar la campaña con alguien más es un valor extra muy interesante que hace que al menos la pases bien con alguien más, siendo muy destacado que puedas pasarte todo el juego con alguien jugando en la misma consola.
Para acceder al multijugador bastará con ir a una de las áreas de descanso para activar la opción, destacando que al unirse un jugador contigo la dificultad subirá un poco más sin ser la gran cosa, aunque al derrotar enemigos se obtendrá más esencia.
Aspectos técnicos
En lo que refiere a lo técnico, The Last Oricru está desarrollado en Unreal Engine 4 con un decente resultado tomando en cuenta lo pequeño del estudio.
Tendremos así escenarios que en su mayoría lucen bastante bien como los castillos o ciertas naves espaciales cuyos interiores están muy bien cuidados, así como áreas completas como unas cuevas que en materia de texturas todo luce bastante bien.
Una mención sobre los escenarios es que existen varias fallas en el cargado de las texturas, siendo esto muy notorio en zonas cerradas como en las cuevas y una peculiaridad y es que a lo largo del juego la luz artificial llega de antorchas que están sobre las paredes, antorchas que por alguna razón parece que se les olvido agregar la textura de fuego y luce solamente la antorcha y el humo que sale de ella sin ningún rastro de fuego.
A nivel de personajes los modelados están correctos sin ser la gran cosa, aunque eso si las animaciones son muy pobres con falta de expresiones y movimientos a veces raros como cuando están caminando, corriendo o atacando.
A pesar de ser un juego que no es un monstruo gráficamente y que tuvo un lanzamiento solo en la nueva generación de consolas y PC, el rendimiento de The Last Oricru es desastroso.
Durante muchas partes del juego sufrí problemas de framerate muy notorios con caídas de cuadros considerables que ralentizaban el juego de una manera increíble, haciendo imposible poder acertar algún golpe o esquivar un ataque enemigo.
Junto a las caídas, que eran más notorias en lugares donde había muchos personajes como en el centro de la ciudad, otro problema importante fueron constantes pequeños parones que se daban de la nada, algunos de estos frustrantes ya que afectaban la jugabilidad como una ocasión que instantes antes de dar un salto llegó un parón de estos, lo que hizo que el personaje no saltara y cayera, ocasionando que tuviera que repetir toda una zona.
Estos parones también afectan el combate sobre todo cuando hay muchos enemigos al mismo tiempo, recibiendo mucho daño sin ni siquiera poder reaccionar.
En lo que respecta al sonido nos encontramos con una música mayormente en referencia a la temática medieval con melodías muy bien creadas para momentos claves como los enfrentamientos contra jefes al tomar un tono más épico.
El resto del juego tiene un sonido ambiental aceptable con música que acompaña bien y sonidos como al golpear, recibir daño o el simple sonido del aire bien logrados.
The Last Oricru viene con voces en inglés y subtítulos en español latino con un trabajo de doblaje algo inconsistente pues mientras muchos de los personajes secundarios se escuchan bien y se puede apreciar algo de interpretación, la voz del protagonista se encuentra muy fuera de lugar con un tono chillón mayormente que no queda en varias situaciones.
Conclusión
The Last Oricru presentaba una propuesta llamativa dentro de los soulslike, pero sus diferentes fallas en varios apartados lo hacen una mala experiencia.
Definitivamente su toma de decisiones es el punto más fuerte que tiene el juego por lo bien ejecutado que está y las amplias posibilidades que ofrece ya que las decisiones realmente importan para el curso de la historia, teniendo muy bien que pensar lo que contestaremos o haremos ya que vaya que habrá repercusiones.
Asimismo, la posibilidad de jugar toda la campaña en compañía de otro jugador ya sea en línea o localmente es algo que resalta algo a la jugabilidad.
Desafortunadamente el resto de los apartados no son muy buenos con un control inconsistente, enemigos muy fáciles, un sistema de progresión desperdiciado y una personalidad para el protagonista que termina por hacerse molesta muy pronto.
Pero uno de los fallos más graves de The Last Oricru es su rendimiento con un framerate que cae considerablemente en momentos de mucha acción y parones cada cierto tiempo que hace que la experiencia de juego sea todo menos disfrutable.
The Last Oricru está disponible ya en PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC.