Reseña: Dolmen

Una mezcla entre Dark Souls y Dead Space que, aunque con ideas inicialmente buenas, no tiene el mejor resultado final.

Con la llegada de Demon’s Souls y posteriormente reforzándose con Dark Souls, el género de los Soulslike poco a poco ha ido creciendo en la industria con toda clase de experimentos, algunos buenos y otros no tanto. Así, hemos tenido Soulslike mezclados con animé cono Code Vein o con la cultura de los samuráis como los casos de Nioh y Sekiro: Shadows Die Twice, apareciendo una nueva propuesta que mezcla los Soulslike con ciencia ficción y terror espacial.

Desarrollado por Massive Work Studios y distribuido por Koch Media, Dolmen se presenta como un juego Soulslike en el espacio, mezclando jugabilidad y estilo visual de títulos como el antes mencionado Dark Souls junto a Dead Space o Mass Effect.

Aunque en el papel resulta muy llamativo, Dolmen no termina por explotar su potencial, aunque no todo es tan malo dentro de esta aventura terrorífica en el espacio.

La historia de Dolmen nos lleva hasta un futuro en donde la humanidad ha colonizado diversos planetas, explotando los recursos de estos para su beneficio. Es en uno de estos planetas que se encuentran unas piedras llamadas Dolmen, piedras de un enorme poder que tienen la capacidad de unir realidades y que son de gran atractivo, por lo que se instaló ahí una base minera para la explotación de la tan poderosa piedra.

Es así que tomaremos el control de un soldado que es enviado hasta este planeta llamado Revion Prime que fue atacado por una serie de extrañas criaturas, teniendo la misión de recuperar todos los datos del sitio, asegurar la mayor cantidad de estas piedras y acabar con la amenaza que igualmente está tras el poder de las Dolmen.

Si bien la historia como base suena interesante, tengo algunos problemas con cómo es ejecutada, ya que más allá de una cinemática inicial que explica el contexto, el resto no termina por ser claro y hace que se pierde muy fácil el hilo. A lo largo del juego habrá unas pantallas con las que se podrá interactuar y estas explican en texto un poco más de Revion Prime, las piedras Dolmen y sobre la invasión, el detalle es que aunque hay muchas de estas pantallas, los textos tienden a repetirse mucho y al final es cansado detenerse a leer una de estas para que resulte que lo que se dice ya lo habías leído un tiempo atrás.

Asimismo, todo este tema de las realidades alternas no es aprovechada ya que más allá de mencionarse no es que se vea una verdadera repercusión.

Al final la historia es algo olvidable dentro de Dolmen. Si es que tiene un par de giros llamativos que complican la misión inicial de exploración para ponernos en el punto central de una conspiración, pero sin mostrar más allá de ello.

Respecto a la jugabilidad, Dolmen tiene su base marcada en un Soulslike con ataques cuerpo a cuerpo y a distancia, teniendo para ello tres barras que representarán la vida, la resistencia y la energía, siendo esta última la que más resalta para bien y para mal.

La energía, en color azul, sirve como munición de las armas a distancia o para curarnos, el problema es que para recargar esta barra deberemos usar unas baterías, teniendo que quedarnos quietos por unos cinco segundos, lo que resulta en algo muy frustrante en combate ya que es imposible regenerarse sin recibir un nuevo ataque.

Estas barras podrán irse mejorando mediante puntos de mejora que conseguiremos al derrotar enemigos, teniendo la posibilidad de subir otras estadísticas como la fuerza para hacer más daño con las armas que vayamos creando en el camino.

Las armas en Dolmen se componen de cuerpo a cuerpo como un hacha, espadas de energía cortas y espadas de un enorme tamaño, que se complementan con pistolas, metralletas y hasta escopetas. Estas armas se deberán ir creando en la nave central con todos aquellos materiales que dejarán los enemigos una vez que los derrotamos.

Un aspecto llamativo de las armas es que estas tienen capacidades elementales como hielo, fuego o acido, que servirán en mayor o menor medida contra ciertos enemigos, siendo recomendable tener al menos una de cada una para no tener muchos problemas.

Además de armas existen armaduras que igualmente se deberán ir creando y mejorando, armaduras que en diseño se ven muy poco trabajadas y aunque la variedad es un poco amplia, visualmente los cambios no se ven tan diferentes.

Otros elementos que rápidamente serán familiares para quienes han jugado otros títulos Souls son una serie de balizas que están distribuidas por el escenario, las cuales al interactuar nos sanarán y permitirán teletransportarse hacia la nave principal y a otras balizas, además de que cuando nos maten reapareceremos en la última baliza con la que interactuamos.

Hablando respecto a como se siente jugar Dolmen, debo mencionar que la experiencia es algo frustrante y no por un tema de dificultad.

Los controles en Dolmen son muy pocos responsivos, con los ataques cuerpo a cuerpo tan toscos que entorpecen mucho los combates, sumándole a ello un sistema de auto apuntado que me resultó en todo un dolor cabeza ya que en ocasiones este de la nada dejaba de apuntar quedando expuesto a los ataques de los enemigos.

Y en cuanto a enemigos, los diseños de estos resultan interesantes con un tipo de arañas con variantes como una que lanza acido, pasando por unos seres que, aunque lentos, arrojan fuego a la distancia y tienen ataques cuerpo a cuerpo poderosos. No tienen diseños tan elaborados, pero son lo suficientemente bien hechos para generar incomodidad al tenerlos de frente.

Como buen Soulslike existen unos jefes que terminan por ser decepcionantes, con diseños algo simples a pesar de ser esos enemigos de gran importancia y que en cuanto a dificultad no representan un gran reto con patrones de ataque muy sencillos y que fácilmente se pueden superar tras uno o dos intentos.

Al igual que ocurre con otros Souls, antes de cada jefe podremos entrar a un área multijugador, que para efectos de esta reseña no estaba habilitado.

Pasando al apartado visual, Massive Work Studios hace un trabajo aceptable teniendo en cuenta que es una desarrolladora pequeña con diseños sobre todo en los escenarios atractivos y con gráficos que, si no son los mejores en la industria, no son del todo malos.

A destacar el trabajo para la ambientación en Dolmen que hace sentir bastante bien ese deterioro en los lugares, junto a huellas muy claras que las cosas ahí no fueron las mejores.

Aunque en un inicio pareciera que el juego es muy lineal, Massive Work Studios presenta un escenario que tendrá diferentes caminos que se irán desbloqueando conforme lleguemos a ciertas zonas otorgando así una gran conectividad entre áreas.

No esperes que las áreas tengan detalles tan elaborados, pero si tienen los suficientes elementos para ser funcionales y atractivos al momento de ser explorados.

En rendimiento, Dolmen tiene sus puntos alto y bajos. En su mayor parte el jugar resulta sin problemas aún y cuando hay varios enemigos en pantalla, lo que contrasta extrañamente con caídas de cuadros muy marcadas al caminar en zonas cerradas.

Jugando en una PlayStation 4 Pro, igualmente existieron momentos en el que la pantalla se iba a negro al estar disparando con la escopeta o un bug molesto que se repitió un par de veces con una espada grande que, al golpear, traspasaba las paredes y el personaje se quedaba atorado hasta que este se soltaba solo o si un enemigos llegaba a matarme.

En el aspecto sonoro el trabajo es sumamente agradable. Tomando en cuenta todo el escenario resulta satisfactorio lo hecho en el sonido con efectos muy bien logrados en ambientación como el crujir de paredes o los sonidos que emiten algunos enemigos.

Desde ya sepan que no existe doblaje al español con todas las voces en inglés en un trabajo bastante bien realizado, no existen tantos diálogos, pero los que están presentes fueron hechos de una muy buena manera tanto para el protagonista como secundarios.

CONCLUSIÓN

Dolmen tenía una interesante oportunidad al mezclan el género Soulslike con la ciencia ficción y el terror espacial, quedándose corto en sus ambiciones.

La trama no es nada del otro mundo y con una ejecución mala que si no le prestas una enorme atención será muy fácil que le pierdas el interés.

A nivel jugable están ahí todos esos elementos de los juegos Souls desde las clásicas barras de energía y resistencia, así como la subida de niveles o la creación de armamentos y armaduras que tienen como aspecto más llamativo el uso de elementos como fuego o hielo.

Desafortunadamente los controles en Dolmen no funcionan bien y con problemas frustrantes como el auto apuntado que harán que recibas daño injusto.

La dificultad está muy alejada de lo que esperas en un juego Souls, si es que los enemigos tienen ataques poderosos, pero son tan predecibles que no resultarán en algo tan complicado, sobre todo en los jefes que no representan un gran reto.

En visuales existe una muy buena ambientación en ciertas áreas que reflejan muy bien el sentimiento de invasión y que todo resultó muy mal en Revion Prime, yendo excelente de la mano con un apartado sonoro realmente bien logrado.

Tomando en cuenta su precio de salida de $40 dólares, Dolmen es un juego que bien se puede dejar pasar en su lanzamiento y si es que los Soulslike y la ciencia ficción son de tu agrado, darle una oportunidad cuando se encuentre en oferta.