¿Podría considerarse el poker online un esport?
Veamos si el póker online podría considerarse un esport
Los esport, tan de moda en los últimos años, no son tan jóvenes como parece: ya en los años 70 se organizaban competiciones de videojueogos, y tuvieron sus orígenes en el ámbito universitario. Eso sí, no tenía mucho que ver con lo que han llegado a ser hoy día. Por supuesto, internet ha hecho la mayor parte generando una infraestructura que permite una jugabilidad sin lag, conectar un sinfín de máquinas y que nada falle. Atrás quedaron los tiempos de juegos en red local por ADSL. No hace tanto tiempo, pero contado en avances, queda muy, muy atrás.
Al igual que los videojuegos como Prince of Persia o Trivial Pursuit, tan mundialmente conocidos hoy, cuentan con una historia de más de tres décadas en entornos informáticos, el poker fue uno de los primeros juegos online que se encontraron a nuestra disposición en el momento en que se pudieron instalar los primeros modems domésticos, aquellos de 56K que permitían a duras penas mirar el email, acceder al chat de Terra o consultar la banca online. Evidentemente, un Minecraft, y ni mucho menos un FIFA, iban a poder moverse con una conexión de estas características, pero una partida de poker, o de ajedrez, sí que era posible, ya que la mayor parte del desarrollo del juego sucede en la mente del jugador, no en la pantalla ni a través de una secuencia de teclas pulsadas. El envío y recepción de datos no era un hándicap insalvable, lo mismo que los recursos gráficos que empleaban y siguen empleando.
Para dilucidar si el poker online se puede considerar un eSport, deberíamos primero sentar la base de lo que estamos entendiendo hoy día por eSports. Llamados también deportes electrónicos, no sólo engloban videojuegos relacionados con el fútbol como el ya mencionado FIFA, o el Gran Turismo, sino que introduce en el rango cualquier juego que permita ser jugado con deportividad, con estructura de competición, de clasificación y de equipo en algunos casos (o casi todos). Durante años, han despuntado League of Legends (LOL) o Crash Royals, juegos de cartas, juegos de rol. No hemos descartado otros como Call of Duty o el tan actualmente de moda Rainbow Six. Siguen dando guerra juegos como estos o como Fortnite.
En cuanto al poker, se ha debatido mucho (y se sigue debatiendo) acerca de si se trata de un deporte mental como el ajedrez, ya que sus detractores alegan que tiene un fuerte componente de azar que lo alejaría del formato deportivo. Los defensores de la teoría de que es un deporte recalcan que el libre albedrío y los factores externos se encuentran en todo tipo de deportes, pero para jugar al poker con probabilidades de éxito no podemos dejarnos llevar por la suerte, es pura estrategia, táctica y control que se deben entrenar a diario igual que un deporte. Dicho esto, habría que añadir que las competiciones de poker sí que existen desde hace bastante tiempo de manera presencial, y con estructura muy similar a las ligas, campeonatos y torneos en otras disciplinas deportivas. En cuanto fue posible, este formato se llevó al entorno online, y hoy por hoy los torneos de poker se pueden jugar a diario, pudiendo acceder a diferentes tipos de niveles, bien para novatos o para auténticos profesionales que buscan hacerse un hueco en torneos presenciales ganando una entrada para los mismos.
En este sentido, no parece haber mucha diferencia en cuanto a las bases de los deportes electrónicos y el poker online. Se podría decir que la motivación es diferente, porque el poker se juega apostando desde el primer momento. Esto no es así ya que en los casinos online se puede jugar sin dinero, con moneda virtual tal y como hacemos en cualquier tipo de juego. Y como en ellos, hay gente que decide invertir dinero real y gente que no. Aquellos que deciden ir a por todas en los eSports acaban pagando por mejoras y el objetivo es ganar, si no una liga, al menos lo suficiente económicamente para plantearse convertirlo en su medio de subsistencia. Con el poker online sucede lo mismo: hay que apostar dinero real para verdaderamente ganar un premio cuantioso (sobre todo para retirarlo, porque efectivamente se puede ganar dinero real jugando con bonos sin depósito, pero pasarlo a la cuenta bancaria sí que requerirá un primer depósito por parte del jugador).
De cualquier manera, la manera en que el factor dinero interviene en uno y otro caso difiere sustancialmente. El jugador de poker debe apostar en cada jugada, arriesgándose a perder todo o a convertirse en la estrella del torneo. Tiene pues la dificultad añadida de saber hasta dónde llegar para mantener sí o sí una ganancia, mientras que el jugador de un juego de eSport habrá realizado un desembolso inicial que ya es dinero gastado, pero que podrá recuperar con creces si gana jugando muy bien sus opciones. La situación, llegando a la élite de los jugadores, es que en los deportes electrónicos hay un mercado de fichajes que permite a los jugadores asegurarse una cifra anual si hacen bien su trabajo, mientras que en el caso de los jugadores de poker profesional, depende mucho más de ellos el balance anual puesto que, pertenezcan o no a un team con una operadora famosa, el premio lo ganarán ellos, y la apuesta también será decidida por ellos, de un modo u otro. En definitiva, diferentemente iguales, con un desarrollo paralelo, compatibles entre sí y con algo muy similar entre ellos: la adrenalina que mueven de principio a fin.