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Mr. Skull Game Studio y QUByte Interactive nos traen un peculiar juego en el que, con el poder de la fe y un crucifijo, nos pondremos en los zapatos de un sacerdote para combatir el mal en Devil Inside Us: Roots of Evil.

Los juegos de terror abundan hoy en día. Con propuestas que van de lo moderado a lo realmente aterrador, este género ha crecido de forma constante. Sin embargo, tomar el control de un exorcista es algo que rara vez he visto, lo que despertó mi curiosidad por este título desde el primer momento.

Aunque tiene momentos destacables, Devil Inside Us: Roots of Evil presenta una experiencia dentro del género del terror que, lamentablemente, se ve afectada por una ejecución irregular, con más puntos débiles que fuertes.

¿Vale la pena adentrarse en este juego? Vamos a descubrirlo.

Enfrentando al mal

Devil Inside Us: Roots of Evil nos pone en los zapatos de Aughust Heylel, un veterano exorcista que llega a un hogar donde ocurren fenómenos extraños. Nuestra misión es liberar la casa de todo mal para que sus habitantes puedan vivir en paz.

Como es de esperarse, las cosas no serán sencillas, y pronto nos enfrentaremos a una entidad que hará todo lo posible por quedarse.

En cuanto a su argumento, el juego presenta una historia básica pero funcional, que logra mantenernos interesados. La mayor parte de los acontecimientos se desarrolla a través de cinemáticas y documentos que encontramos durante la exploración.

Teniendo momentos que me recordaron a películas como La noche del demonio o incluso El Exorcista, la trama de Devil Inside Us: Roots of Evil es suficientemente buena para sostener el juego hasta que lleguemos a los créditos finales.

A medida que desentrañamos los secretos de la entidad demoníaca y su pasado, nos encontramos con un tercer acto sorprendente que destaca por la forma en que cierra la historia.

La fórmula de los sustos fáciles

Durante la exploración y la resolución de algunos acertijos (que, dicho sea de paso, son extremadamente sencillos), somos acechados constantemente por una presencia. Aunque algunos momentos están bien logrados, como escuchar voces o llantos de bebé, el abuso de jump scares termina restándole impacto al juego.

En mi opinión, el uso de jump scares suele ser un recurso barato, ya que provoca sustos basados en un ruido fuerte más que en el contexto de la situación. En este juego, este recurso es una constante y, hacia la mitad de la experiencia, resulta completamente predecible.

Por otro lado, hay momentos en los que la tensión está muy bien manejada, como ver sombras en la distancia o escuchar sonidos inquietantes, pero estos instantes suelen ser rematados con un susto ruidoso que arruina el ambiente creado.

En términos de duración, Devil Inside Us: Roots of Evil es extremadamente corto. Incluso explorando a fondo la casa y buscando secretos o equipamiento, no toma más de dos horas llegar a los créditos.

La brevedad juega en contra del título, ya que cuando la historia y la ambientación comienzan a ponerse interesantes, todo avanza demasiado rápido, y el misterio tras la entidad se resuelve de una manera bastante abrupta.

Armado con nuestra fe

En lo que respecta a su jugabilidad, Devil Inside Us: Roots of Evil es bastante simple y ofrece pocas mecánicas durante su desarrollo.

Nuestra principal tarea es encontrar objetos “malditos”, purificarlos y así desbloquear nuevas áreas de la casa. Al tratarse de un solo escenario principal, no hay demasiados lugares para explorar, lo que puede resultar aburrido.

Para enfrentar el mal, contamos con un crucifijo como herramienta principal, el cual consume una barra de energía al usarse. Esta energía puede recargarse con rosarios que encontramos en el entorno. Curiosamente, estos rosarios también funcionan como munición para una escopeta que obtenemos en una sección del juego.

Además del crucifijo, disponemos de un botiquín para recuperar salud y pastillas que restauran nuestra resistencia. Estas últimas son útiles, ya que nuestro protagonista, un sacerdote de 70 años, se cansa al correr.

Un detalle frustrante es que desde el inicio del juego existe un botón asignado para usar una linterna, pero no la obtenemos hasta pasada la mitad de la experiencia. Esto resulta molesto debido a la oscuridad extrema en algunas áreas.

En general, la jugabilidad de Devil Inside Us: Roots of Evil se siente limitada y repetitiva, con pocos enemigos y acertijos demasiado básicos.

Y es que a nivel de enemigos tendremos solamente unos de forma humanoide, unos perros y el que sería el “jefe”. En todos los casos la forma de eliminarlos es la misma, ya sea con el crucifijo o con la escopeta.

Visualmente decente

Al ser un juego indie de un estudio pequeño, las limitaciones en el apartado visual son evidentes. Aunque algunos elementos, como el diseño de la casa, están bien logrados, otras áreas, especialmente las exteriores y los escenarios de sueños, lucen muy mal.

La oscuridad excesiva en muchas zonas también afecta negativamente la experiencia, dificultando la navegación e incluso la pelea final, donde apenas se distingue lo que enfrentamos.

A pesar de esto, las cinemáticas tienen un estilo retro que resulta agradable y encaja bien con la atmósfera del juego.

En términos de rendimiento, el juego es fluido y no presenta grandes problemas, aunque experimenté dos errores importantes que me obligaron a reiniciar.

Sonido y otros aspectos

El apartado sonoro es uno de los puntos fuertes de Devil Inside Us: Roots of Evil, destacando los efectos ambientales como susurros, pisadas y llantos, que generan una atmósfera de tensión efectiva.

Sin embargo, la música de fondo a veces resulta incoherente con lo que ocurre en pantalla. Por ejemplo, durante una escena de persecución, comenzó a sonar una melodía que parecía sacada de una película western.

Otros detalles a mejorar incluyen la falta de un HUD que indique el estado de salud del personaje y la ausencia de una recarga automática en la sección de la escopeta. Además, solo cuenta con opciones de idioma en inglés y portugués, sin soporte para español.

Conclusión

Devil Inside Us: Roots of Evil es un juego decente, con una historia interesante y algunos momentos de buen terror.

Sin embargo, su jugabilidad un tanto limitada, abuso de jump scares y corta duración afectan considerablemente la experiencia.

Para ser un juego indie, tiene aspectos rescatables como sus cinemáticas y algunos momentos de tensión bien logrados, sobre todo en todo lo que respecta al sonido ambiental. En verdad, te pone en mucha tensión.

Si buscas algo sencillo para una tarde de sustos, podría valer la pena. Pero si prefieres una narrativa más compleja o un terror más profundo, Devil Inside Us: Roots of Evil no es para ti.

Devil Inside Us: Roots of Evil está disponible en PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S, Nintendo Switch y PC.

6.5 Calificación
Historia
Jugabilidad
Gráficos
Sonido
Rejugabilidad

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