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En un mercado dinámico y competitivo, Xbox ha emprendido esfuerzos significativos para democratizar el acceso a sus juegos. A través de iniciativas como Game Pass, la nube y su propio hardware, la marca ha buscado ampliar su alcance y ofrecer experiencias de juego excepcionales a un público diverso. Sin embargo, esta estrategia, en apariencia inclusiva, ha generado inquietudes entre los desarrolladores externos, quienes empiezan a cuestionar su respaldo a la plataforma.

En una reciente entrevista en el podcast de Chris Dring, director de GamesIndustry.biz, se abordó el clima en la pasada edición de la Games Developers Conference (GDC), donde varios desarrolladores expresaron sus dudas sobre el apoyo brindado por Xbox. Dring señaló que las ventas relativamente bajas del Xbox Series X|S están contribuyendo a una sensación de estancamiento en el desempeño de la plataforma en Europa. Las palabras de un influyente desarrollador reflejaron este sentimiento: “No sé por qué seguimos invirtiendo en ellos“.

En contraste, Sony ha mantenido a sus usuarios comprometidos con títulos de terceros como Helldivers II, Rise of the Ronin y Stellar Blade, destacando la importancia del apoyo de otras compañías en el éxito de una plataforma. Este contraste subraya aún más los desafíos actuales de Xbox en este aspecto.

Aunque aún no se ha anunciado que alguna compañía haya decidido retirar su apoyo a Xbox, persiste un ambiente de incertidumbre entre los desarrolladores externos. La presencia confirmada de títulos importantes como Grand Theft Auto 6 y el próximo lanzamiento de Final Fantasy XIV brindan cierta esperanza para la plataforma. Sin embargo, la posible disminución del respaldo de los desarrolladores externos podría tener un impacto significativo en Xbox Game Pass, una de las principales fuentes de ingresos de Microsoft.

En este contexto, las filtraciones sobre un nuevo control para el Series X|S y los rumores sobre un Xbox portátil sugieren que Xbox está buscando innovar y adaptarse a los desafíos del mercado. Sin embargo, queda por ver si estas iniciativas serán suficientes para revitalizar el interés de los desarrolladores externos en la plataforma. Ya que hacer una portátil en este momento, sería optimizar tres veces el mismo juego para que corra bien en Xbox Series S, Xbox Series X y una portátil de Xbox. Algo que sería más tedioso para los desarrolladores.

Por último, la disparidad en las ventas entre el Xbox Series X|S y el PlayStation 5 es un recordatorio de los desafíos que enfrenta Xbox en la arena de las consolas. Con el reconocimiento público de haber perdido la actual “guerra de consolas”, Xbox se enfrenta a una encrucijada en su trayectoria futura. Su respuesta a los desafíos actuales, especialmente en términos de apoyo de desarrolladores externos, será fundamental para determinar su posición en el mercado de los videojuegos en los próximos años.