Reseña: Diablo 4
Las puertas del infierno vuelven a abrirse para el gran regreso de una de las franquicias estrella de Blizzard.
Las puertas del infierno vuelven a abrirse para el gran regreso de una de las franquicias estrella de Blizzard.
La espera fue bastante larga, pero finalmente la franquicia Diablo regresa con una nueva entrega principal y si, la espera valió totalmente la pena.
Fue a mediados del 2012 que llegaba Diablo 3, juego que buscaba seguir el enorme éxito de la saga de sus pasadas dos entregas en un estreno que tuvo muchas criticas por algunos cambios respecto a los dos primeros juegos, aunque es de reconocer que el título con el paso del tiempo fue mejorando hasta ser una digna entrega de Diablo.
Con Reapers of Souls en el 2014, la franquicia de Blizzard se mantuvo en un prolongado descanso pues, si bien en medio llegaron lanzamientos como la remasterización de Diablo 2 o el muy criticado Diablo Immortal para móviles, lo cierto es que una cuarta entrega en forma de la saga se hacía esperar; eso hasta que en el 2019 fue confirmada.
En el marco de la BlizzCon 2019, Blizzard presentó en todo lo alto Diablo 4 con una espectacular cinemática que adelantaba un juego que sería la delicia de todos los fans con esa enorme oscuridad que recordaba aquel tono de Diablo y Diablo 2.
Tras 41 meses de espera desde aquella revelación, Diablo 4 finalmente llegará a consolas y PC este 6 de junio con una entrega que hace que los más de 10 años desde Diablo 3 se vean recompensados de una fantástica manera.
Después de lo que fue Diablo Immortal he de confesar que veía a Diablo 4 con cierta cautela, llegando inclusive a pensar que este nuevo juego principal sería solo una expansión de aquel experimento para móviles que no le gustó a casi nadie.
Para mi agradable sorpresa, Diablo 4 es, en general, todo lo que cualquier fan de Diablo merecía después de tantos años desde Diablo 3, un RPG de acción con toques MMO que garantiza una enorme cantidad de horas que te mantendrán atrapado y sin ganas de querer dejar de jugar.
Sin entrar en detalles de la historia, solo quiero mencionar que te vayas preparando para una de las narrativas más oscuras y maduras que Diablo ha presentado. Si las historias de las dos primeras entregas te gustaron, esta te encantará.
Como ya se adelantó en las sesiones de prueba abiertas, Diablo 4 nos pondrá en medio del eterno conflicto entre el bien y el mal, este último presentando al que posiblemente sea uno de los antagonistas más grandes de la saga, Lilith, con una contraparte igual de poderosa del lado del bien que presentará momentos muy destacados.
Con gran fuerza en todo momento, la historia de Diablo 4 es todo lo que los fans de Diablo merecían recibir luego de tantos años de espera.
La estructura jugable de Diablo 4 mantiene mucho de lo ya conocido en la franquicia, con añadidos que potencian la experiencia de juego.
Así, lo nuevo de Diablo nos lanza en un mundo abierto en el que podremos explorar libremente todas las regiones desde el comienzo, siendo a elección de cada quien la forma en la que abordaremos las misiones, ya sean de la campaña o secundarias.
Este cambio en la forma en la que se desenvuelve el juego es un enorme acierto al no estar atados a tener que seguir un orden en especifico para avanzar en la trama, otorgando hasta cierto punto una experiencia diferente en cada jugador.
El mapa de Diablo 4 está dividido por regiones, cada una de estas ofreciendo un abanico de posibilidad amplio con, como dije antes, misiones principales y otras secundarias que, en combinación, hacen que pases varias horas entretenido.
El diseño de las misiones está hecho de una manera en la que no se siente repetitivo ya que constantemente estás siendo exigido al límite con mucho combate, cada cierto tiempo topándote con desafíos realmente monstruosos.
Junto a las misiones que son la base jugable tenemos otros complementos como los eventos de mundo que se forman aleatoriamente en el mapa. Estos eventos nos pondrán en una contrarreloj para cumplir ciertos objetivos, mayormente eliminando enemigos.
Estos eventos de mundo son realmente muy entretenidos y altamente desafiantes con enemigos por todos lados y, en ocasiones, con mini jefes que harán que te exijas al máximo en búsqueda de un jugoso botín para seguir mejorando al personaje.
Siguiendo la fórmula ya bien conocida de Diablo, para esta entrega están más que presentes las mazmorras y otras construcciones para explorar, siendo estas en algunos casos unos totales laberintos en los que fácilmente puedes pasar un par de horas hasta llegar al final.
Tanto en las misiones, eventos y mazmorras nos enfrentaremos a un más que variado número de enemigos que van desde esqueletos que de uno o dos golpes caen, pasando por osos, murciélagos gigantes y por supuesto, enemigos mucho más complejos.
La dificultad en Diablo 4 va muy de la mano con nuestro propio nivel, presentando de esta manera un equilibrio que llega a ser incomodo por momentos.
Es verdad que la dificultad adaptable a nuestro nivel hará que todo el tiempo estemos siendo exigidos en combates brutales, esta escalada de dificultad llega a sentirse tediosa ya que, por más que subamos de nivel o mejoremos nuestro equipamiento, esto se siente como “tiempo desperdiciado” con los adversarios igualmente mejorando, llegando un punto en el que si no podía contra un enemigo en específico, simplemente lo dejaba pasar pues, por más que yo subiera de nivel, ese enemigo iba a mantenerse igual de complicado.
Algo a mencionar muy en específico es el tema de los jefes. En el pasado, era muy recurrente estar solamente frente a un saco de boxeo en el que dejábamos ir todo nuestro poder bruto y acabamos con el enemigo en turno sin apenas hacer movimientos. Aquí, las cosas cambian con unos jefes que llegan a adquirir una agilizad y fuerza tan grande que estaremos con la concentración al 100 si es que queremos si quiera hacer un poco de daño.
Este cambio en los jefes da como resultado unas épicas batallas que son muy satisfactorias una vez que las superas al existir obstáculos realmente muy, muy complicados.
Por si se lo preguntan, el endgame de Diablo 4 es lo que muchos queríamos con una experiencia que se mantiene ofreciendo constante contenido para disfrutar como los casos de los calabozos pesadilla que fueron de mis favoritos tras la campaña.
Hablando de cómo se siente jugar Diablo 4, es muy notable las mejoras en la jugabilidad si lo comparamos con las pasadas entregas de la franquicia.
Teniendo como más reciente experiencia la remasterización de Diablo 2, la jugabilidad para Diablo 4 se siente tan ágil, precisa y satisfactoria que fácilmente pueden pasar muchas horas de combate y combate sin que esto se sienta desgastante.
Este cambio hacia una experiencia más fluida se siente como un baile intercambiando los diferentes ataques disponibles para combinaciones muy agradables.
De inicio tenemos a disposición las clases de Bárbaro, Druida, Hechicero, Renegado y Nigromante, cada una de estas con sus propias habilidades que se irán desbloqueando en un árbol de habilidades conforme vayamos obteniendo puntos de habilidad.
Cada clase cuenta con sus particularidades y ya dependerá del estilo de juego que tengamos como puede ser algo más cuerpo a cuerpo o con ataques a distancia.
A manera de ejemplo y, para no arruinar sorpresas en cuanto a la jugabilidad de cada personaje, puedo mencionar un poco de mi experiencia usando la clase de Nigromante. Con ataques sin gran daño al inicio, cada habilidad que iba desbloqueando abría una posibilidad muy importante para que la parte jugable fuera cada vez más entretenida.
Llegó un punto en el que las habilidades asignadas me permitían hacer un control de masas tan eficiente y, combinado con un par de ataques en específico, que podía estar en medio de tantos enemigos como quisiera y la carnicería era tan brutal como satisfactoria.
Mencionar en especial el tema del árbol de habilidades, este, como ya dije, se va desbloqueando con puntos de habilidad. Estos puntos van haciendo que avancemos tanto en nuevas habilidades como en mejorar las que ya desbloqueamos.
Si bien no hay tantas habilidades, el número es el justo para poder tener acceso a todas ellas y probar las que mejor se nos acomoden, teniendo la posibilidad de reiniciar el árbol de habilidad cada que queramos con el pago debido en monedas.
Esta reseña se realizó jugando la versión para consolas, en específico la de Xbox Series, y puedo destacar que la experiencia es increíble. Al ser un juego que nació en PC y que está mayormente diseñado para jugarse con teclado y ratón, jugar Diablo con control nunca se había sentido tan bien con todo muy intuitivo en movilidad y ataques.
Además de las propias habilidades que vayamos obtenido, nuestro personaje hará más daño dependiendo los ítems que le vayamos asignando.
Estos ítems van desde botas, cascos, piezas superiores e inferiores, armas y otros extras como anillos o talismanes. Cada pieza tiene una determinada rareza que mejora los atributos y hace que las habilidades que tengamos sean más o menos poderosas, poder que puede incrementarse con la asignación de unos cristales que agregarán una capa adicional en lo que nos equipemos.
Los ítems se encuentran esparcidos en gran cantidad por todo el mapa como recompensa a las misiones principales o secundarias, en los eventos de mundo, en las mazmorras, en la destrucción de los barriles y otros objetos o comprándolas con comerciantes.
Uno de los agregados más llamativos en el movimiento del personaje que, aunque sencillo, es realmente muy útil es el botón de esquivar. Esta acción tan básica da juego a muchas posibilidades como usarla para reposicionarnos en caso de estar frente a un inminente ataque o igualmente ofensivamente para rodear a los enemigos y atacarlos más efectivamente.
Un tema que no termina por convencerme en especifico para lo que es la franquicia Diablo es que este nuevo juego se presenta en este modelo como servicio.
Como tantos ejemplos que hay por ahí, Diablo 4 tiene su estructura de contenido en un modelo que, en lo personal, no termina por gustarme al obligar a los jugadores a tener que estar pegado al juego si es que se quiere obtener todo el contenido de una temporada.
Sin certeza sobre si el contenido por temporada se podrá conseguir más adelante o si simplemente ya no se podrá obtener, este rumbo que toma la franquicia no termina por agradarme, aunque es claro que es un estándar ya muy presente en la industria.
Lo único positivo hasta cierto punto sobre este tema es que desde Blizzard se ha dejado en claro que todo el contenido adicional que se pueda obtener con dinero real se limitará a algo cosmético sin que haya ventajas para quienes decidan hacer uso de sus tarjetas de crédito.
Abordando el tema visual del juego, todo lo que respecta a lo que vemos en la pantalla es crudo, brutal, sangriento y demás, todo lo que esperarías de un Diablo.
Mientras en Diablo 3 todo lucía hasta cierto grado caricaturizado, aquí se regresan a esas raíces más oscuras con una dirección artística mucho más madura.
Cada nueva zona está diseñada para ofrecer algo diferente entre una y otra, todo recreado con una atención al detalle tan importante que no puedes evitar pasar uso buenos minutos apreciando lo que los desarrolladores diseñaron en cada escenario.
Esta dirección artística nos pone frente a un juego que se basa más en las sombras con muchas ocasiones teniendo lugares en los que las antorchas son la única fuente de iluminación, dando como resultado todo un entorno tétrico muy bien logrado.
Si como yo ya habías quedado asombrado por lo presentado en la remasterización de Diablo 2, prepárate para ir mucho más allá en esta entrega con un trabajo en los detalles tan minucioso que uno quisiera tener una perspectiva en primera persona.
Esta atención en los escenarios se ve también en los modelados de los enemigos y el propio personaje, que hoy más que nunca en la franquicia presenta muchos detalles tanto en cómo se mueven y en como lucen con cada nuevo ítem equipado.
Realmente en lo visual se superaron mis expectativas con los detalles en cada lugar, todo complementado por unas cinemáticas que, indudablemente, son el sello de Blizzard para potenciar toda la parte narrativa.
A nivel técnico, pese a que la versión para esta reseña no contó con el parche esperado para el lanzamiento, ofreció un rendimiento muy bueno.
En una Xbox Series S no tuve ningún problema en cuanto a cómo funcionaba el juego con un despliegue fluido en todas las horas que jugué.
Algo a tomar en cuenta es que Diablo 4 requiere de una conexión permanente a Internet, algo que, si bien ya es muy común hoy en día, no deja de ser un obstáculo que la experiencia de juego se base mucho si la red está bien o no para funcionar correctamente.
Respecto a lo sonoro nos encontramos con piezas muy bien creadas para enfatizar este ambiente tétrico y oscuro con melodías muy buenas en enfrentamientos específicos o en aquellas que aparecen dentro de las cinemáticas.
El juego llega toralmente con doblaje al español latino en un trabajo más que adecuado en su mayor parte, con pequeños altibajos en las voces de algunos NPC que se escuchan muy fuera de lugar, contando todo en texto con una más que agradable cantidad de opciones de accesibilidad para modificar como se muestran los textos.
Conclusión
Fue una espera muy larga, pero Diablo 4 es, en muchos de sus aspectos, lo que los fans de la franquicia estaban esperando.
Su estructura más abierta da un aire fresco a la franquicia para no aburrirse y hacer que cada jugador pueda tener una experiencia diferente dependiendo la manera en la que decidan abordar el juego en lo que respecta a la campaña.
El nivel de desafío nos tendrá en constante atención y su gran cantidad de contenido nos mantendrá ocupados en todo momento, ya sea avanzando en la campaña o simplemente explorando cada una de las regiones disponibles.
Diablo 4 no es un juego perfecto con detalles como la escalada de nivel en los enemigos que se siente tediosa por momentos o el requisito siempre en línea.
Algo que quedará en el debate y tendrá quienes estén a favor y quienes en contra es todo lo que corresponde al juego como servicio, desde mi punto de vista algo más negativo que positivo, prefiriendo como antes un juego base sin necesidad de pagar más a cada rato y con novedades en expansiones más grandes y no en temporadas.
Diablo 4 estará disponible a partir de este 6 de junio, encontrándose en PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S y computadoras.
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