Reseña: The Legend of Zelda Tears of the Kingdom
Sin duda Link regresa con una gran aventura que supera por mucho a su predecesor, The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es un digno GOTY
La secuela que supera a la Trifuerza.
Durante las últimas horas desde que comencé a jugar The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, apenas he pasado algunos momentos en los que no esté jugando o anhelando jugar. De hecho, he tenido que pedir vacaciones en mis actividades para poder realmente disfrutar al 100% este magnífico título.
Y es que en un contexto en el que la tecnología y los videojuegos evolucionan constantemente, y donde los juegos más populares suelen presentar actualizaciones rápidas con aspectos visuales o temporadas, resulta difícil que un juego te atrape por completo, no solo para completar la misión principal, sino también para disfrutar del contenido adicional posterior al juego.
Sin embargo, esta nueva entrega de The Legend of Zelda se destaca como una de las joyas más destacadas de la última temporada de videojuegos al lograr de manera excepcional esta tarea.
Re-Iniciar en una aventura heroica con The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom
Evitaré profundizar en la trama, ya que supongo que, como buen aficionado, ya has jugado Breath of the Wild y compartes mi aversión a los spoilers. Solo mencionaré brevemente algunas situaciones que ocurren en este nuevo título. Desde el principio, nos encontramos en una situación similar a la de su predecesor, con el joven elfo Link vistiendo poca ropa, pero ahora con un brazo mágico peculiar (sí, ese mismo que vimos en los avances del juego). Estamos atrapados en una isla flotante en el cielo, lo cual crea un momento inicial realmente interesante en la partida.
A medida que avanzas y te llenas de coraje, comienzas a redescubrir Hyrule. Si bien algunos lugares te resultarán familiares por el juego anterior, también encontrarás nuevos lugares por explorar. Descubrirás nuevos santuarios, mazmorras, cuevas y lugares donde los villanos se han establecido, que son completamente nuevos y emocionantes.
Además, como es bien sabido, vas armando tu arsenal de armas que has encontrado en tus aventuras incluyendo las icónicas de la franquicia e incluyendo algunas nuevas para este título, pero también tienes un gran aliado en las habilidades que te da The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom.
Gracias al extraordinario poder de tu mano divina, tendrás la capacidad de utilizar tu entorno como una fascinante herramienta para tus aventuras. No solo podrás crear vehículos o estructuras que te ayuden en tus misiones o a explorar el vasto mapa
A medida que avances en la historia, podrás combinar armas con estos objetos, convirtiéndolo en un fascinante constructor. Esto hará que, en ocasiones, resulte imposible seguir las misiones principales, ya que te estarás divirtiendo creando cosas y realizando nuevos inventos.
Salvar a Hyrule nunca había sido tan creativo
Indudablemente, una de las características destacadas de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es la posibilidad de construir y utilizar objetos en un mundo abierto. Esto lo distingue de otros juegos de mundo abierto, incluso de su precuela, y logra que el juego se convierta en una experiencia más inmersiva dentro de la saga. Además, esto ha generado un impacto significativo en la comunidad de jugadores, quienes, a través de las redes sociales, demuestran su talento, imaginación y creatividad al encontrar nuevas formas de ayudar a Link en su lucha por salvar a Hyrule.
Esto va más allá de simplemente seguir la historia, completar los desafíos y finalizar el juego al 100%, la comunidad ha llevado esta experiencia a otro nivel, creando y compartiendo diseños de armas que van desde pequeños deslizadores hasta megazords, que facilitan en gran medida el combate contra las hordas de enemigos.
De este modo, se ha establecido un enfoque innovador para respaldar a Link en su intrépida aventura, demostrando cómo la combinación de habilidad, creatividad y una variedad de elementos puede abrir nuevas oportunidades para enfrentar cualquier desafío.
La sensación de libertad que experimentas en este lugar es absolutamente cautivadora. El extenso reino de Hyrule está lleno de tentaciones, y la capacidad de desplazarte sin restricciones entre los cielos y la tierra es una emoción que perdura en el tiempo, lo que hace por momentos dejar la historia principal de lado.
Todos entran en The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom
Hemos discutido previamente la innovación presente en Tears of the Kingdom en esta ocasión, y sin entrar en demasiados detalles sobre la historia para evitar revelar sorpresas a los fanáticos, encontramos un modo de juego similar a su predecesor, lo cual es interesante, ya que mantiene la esencia que le valió el éxito.
Esto permite que los veteranos jugadores de Zelda se sientan cómodos y se sumerjan de manera natural en esta nueva entrega, enfrentando batallas con facilidad y adaptándose sin problemas a la creación de nuevos elementos. Además, las nuevas mecánicas brindan una mayor vitalidad al título.
Para los nuevos jugadores, el estilo de juego resultará intuitivo y no tendrán dificultades para orientarse en el vasto mundo, ya que siempre habrá opciones para seguir el camino de las misiones principales o explorar diversas actividades. No obstante, es recomendable haber jugado el título anterior para una mejor comprensión del contexto.
Sin embargo, como en toda buena historia, también hay un villano, aunque en este caso no se trata de las Tempestades que pueden azotar Hyrule, sino del rendimiento del juego en sí. Este aspecto puede afectar la experiencia en ciertos momentos, como la carga incorrecta de texturas, ralentizaciones o una apariencia borrosa al descender desde las alturas hacia el suelo.
Esto puede no influir demasiado en la experiencia para aquellos que buscan disfrutar del juego y completarlo en busca de una gran aventura junto a nuestro eterno Link. No obstante, para los puristas y amantes de las experiencias visuales inmersivas, esto puede resultar una molestia constante hasta que Nintendo aborde y solucione dichos problemas.
Conclusión
The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom se perfila como uno de los juegos más trascendentales de esta década, al redefinir múltiples aspectos al igual que su predecesor y sentar un ejemplo para otras franquicias que buscan revitalizar su esencia sin perder sus raíces.
El enfoque de juego en un mundo abierto con la capacidad de crear nuevas experiencias otorga al título una vida mucho más extensa e interesante. Va más allá de ser simplemente un juego que se completa, abriéndose paso hacia speedruns, creaciones y posibles futuros DLCs que Nintendo nos pueda brindar.
Otro aspecto destacado que nunca ha decepcionado desde aquel primer juego de la saga en el NES es su banda sonora, que se convierte, título tras título, en una oda musical que envuelve cada punto del juego. Desde el momento en que escuchas la introducción, te paseas por el extenso mapa o te enfrentas a enemigos, la música te acompaña valientemente en tu aventura.
Sin necesidad de realizar cambios drásticos en la saga, Tears of the Kingdom establece conexiones entre el presente y el pasado de la franquicia, tratando a The Legend of Zelda con respeto y honor. Se convierte en una de las pocas secuelas que supera ampliamente a su predecesor y establece un alto estándar para los proyectos tanto de Nintendo como de otras compañías.