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¿El mejor musou de Omega Force hasta la fecha o el mejor Fire Emblem de acción? Bueno, ¿por qué no ambos?

En los últimos años, hemos visto como franquicias que cuentan con una respetada cantidad de entregas en su existir, incursionan en nuevos rubros con el propósito de darse una bocanada de aire fresco. Ya sea de forma sutil, al implementar nuevos sistemas a su mecánica central de juego, y así darle más profundidad; o bien, con un giro de 180 grados para irse a un género completamente nuevo y adecuar sus mecánicas base a dicho rubro.

Es de esa misma experimentación que surgen ramificaciones que pueden compartir o no el universo del que salieron, así como ser canon o no. Tal es el caso de los múltiples spin-offs deportivos de Mario, la ya cimentada franquicia de su hermano mayor, Luigi’s Mansion, o el destructor de ilusiones que fuera Metroid Prime: Federation Force, que, sorpresivamente, es canon…

Como estos, hay muchos más dentro y fuera de Nintendo, pero del que nos toca hablar en esta ocasión es de la última gran sorpresa que nos presenta la colaboración entre Omega Force (Koei Tecmo) y Nintendo, para volver a trabajar con la franquicia de Fire Emblem, y añadirle toda su pericia en los juegos tipo musou. Esta mezcla, de inicio no resultará extraña, pues ya habían trabajado con ella hace un par de años, sin embargo, en esta ocasión, viene acompañada de una historia interesante que construye a partir de lo establecido en Fire Emblem: Three Houses, adicionada con múltiples rutas por abordar, mecánicas clásicas propias de los juegos tácticos, combates frenéticos y, por supuesto ¡Citas con nuestras waifus y husbandos favoritos! Nos referimos a: Fire Emblem Warriors: Three Hopes.

¿Qué hubiera pasado si…?

En esta reimaginación de los sucesos vistos en Fire Emblem: Three Houses, regresamos al continente de Fódlan, el cual está dividido en tres prominentes naciones: el Imperio de Adrestia, el Sacro Reino de Faerghus y la Alianza de Leicester, y, al centro de todas ellas, el Monasterio de Garech Mach, en donde los descendientes de cada nación reciben la preparación necesaria para convertirse en los futuros dirigentes.

La premisa de la aventura que tenemos al frente, surge de una pregunta tan sencilla como: “¿Qué hubiera pasado si, Byleth —personaje que fungiera como maestro en Fire Emblem: Three Houses— ahora resultara ser el villano principal?

Lo anterior, nos lleva a cambiar de rol, aunque sin distar mucho del título de 2019, pues tomaremos el papel de Shez, una mercenaria o mercenario —según tu elección inicial— que tiene dificultades para recordar quién es, dónde está o por qué una misteriosa voz le habla desde el interior de su cabeza. Convenientemente, se encuentra en el lugar y momento adecuado, pues ayuda a Edelgard, Dimitri y Claude, los líderes de las tres casas, a salir de un pequeño embrollo. Tras una demostración de nuestras capacidades y pelear codo a codo con los herederos al trono, somos invitados a formar parte de Garen Mach.

Como era de esperarse, tendremos que elegir una casa de la cual formar parte, estas son: las Águilas Negras, los Leones Azules y los Ciervos Dorados, cada una liderada por Edelgard, Dimitri y Claude, respectivamente. Si disfrutaron de Three Houses, sabrán que cada casa tiene sus propios compañeros, todos ellos bastante carismáticos y con quien de nueva cuenta podremos interactuar, y hasta coquetear, porque sí, las mecánicas de dating simulator no se dejaron de lado.

Al saber que es una historia alterna a la línea temporal “oficial”, podría llegarse a pensar que será tomada muy a la ligera, que todo acabaría residiendo en el gameplay o que serían cambios muy ligeros, sin embargo, deben saber que veremos giros a lo que se planteó el en juego original, haciendo que más de un fan de Three Houses se sorprenda al dar por hecho más de una cosa, sin olvidar, que también se nos irá revelando el pasado de Shez y cómo es que acabó ahí o quién es la misteriosa voz que le acompaña.

Cada ruta e historia es interesante y emocionante, y esto en parte es por la simpatía de los personajes, al punto de lograr encariñarnos con ellos y que genuinamente nos importe lo que les sucede, lo que nos motivará a que, al acabar una de ellas, nos sintamos intrigados por saber qué pasa en el otro bando y comencemos la siguiente aventura enseguida.

Pelea codo a codo junto a tu batallón y dirige a las tropas por igual

La médula espinal de Fire Emblem : Three Hopes es principalmente el de un musou, un género muy similar a un hack n’ slash, pero con la diferencia de que aquí, la habilidad en el dominio del control no es tan demandante, siendo más un machacabotones en el que podemos alternar entre un ataque débil y uno fuerte, que un juego en el que tengamos que preocuparnos por hacer complejos y variados combos de movimientos, así como medir el pacing de los ataques enemigos para realizar counters o esquives magistrales.

Con lo anterior, se podría pensar que se trata de un recorrrido por un parque temático de Fire Emblem con peleas activas y dejando de lado toda su esencia, ¿cierto? Pues sí… y no, porque todos los rasgos táctico-administrativos —y hasta de su ya clásico simulador de citas— de un Fire Emblem hecho y derecho están aquí.

Aspectos como el Triángulo de Armas (espadas→hachas→lanzas) la incorporación del Modo Clásico, dónde si muere un compañero en batalla no habrá fuerza divina que lo reviva; tomar a consideración aspectos como las habilidades pasivas y activas de nuestros personajes para un mejor desempeño en batalla y su influencia en ella; o el tan siempre solicitado “Maddening Mode” para los más atrevidos y experimentados de la franquicia, son sólo algunas de las mecánicas que se traen a la mesa para esta entrega.

El sentimiento de ponernos en el papel de un comandante es muy latente, y es que, estaremos peleando codo a codo con nuestro escuadrón durante cada misión y alternando entre cada integrante y Shez para estarnos moviendo e influyendo en el dominio de cada área, lo cual trae consigo un cambio constante en el estilo de juego con cada personaje. Habrá quienes hagan uso de magias, armas a distancia, vengan montados en algún animal o prefieran la acción cuerpo a cuerpo, por lo que será necesario no casarnos con un sólo personaje durante nuestros embates, y en cambio, estar en constante rotación para aprender a usarlos, y conocer sus estilos de pelea.

Por otro lado, no podemos llamarnos comandantes, si no dirigimos a nuestro batallón, por lo que, será parte de nuestras tareas: indicarles a dónde se dirijan y qué hacer. Deberemos tomar a consideración factores como las armas y estilos de pelea que realizan, para que así puedan ponerse a la altura de sus contrincantes, mientras nosotros nos abrimos camino hacia ellos para apoyarlos o cumplir objetivos adicionales que nos marca la misión.

Los escenarios en los que toda la acción se llevará a cabo son bastas arenas interconectadas por amplios pasillos, algunos de ellos más entramados que otros, si se trata de un área natural, o con mayor definición si es algún castillo o reino. Mientras los recorremos, no habrá momento de tranquilidad alguno, pues siempre habrá enemigos a los que derrotar y objetos que recoger. En general son locaciones bastante bien representadas, que nos logran envolver en su ambiente, aunque es innegable, que habrá un punto en el que a pesar de que el dibujado del mapa sea diferente, la sensación de ya haber estado ahí, sea perceptible.

Ya en el calor de la batalla, nos enfrentaremos a enemigos de todos tipos, clases, tamaños, —especies— y formas, con los más sencillos que van desde los soldados que fungen como la carne de cañón y que nos dejarán pulir nuestros apantallantes movimientos y desatar combos que superen las cuatro cifras, hasta aquellos enemigos que requerirán más atención, como los capitanes de área o los jefes finales. Estos van desde caballeros de gran habilidad, hasta algunos más peculiares y monstruosos, como dragones, o amenzas poco convencionales, mismas que cuentan con un estilo de combate característico y que requerirán que esquivemos y aprendamos sus patrones de ataque. Mientras que, para derrotarlos, cuentan con un indicador de escudos, que deberemos vaciar, para posteriormente desatar un ataque que lo rematará de forma apantallante.

Dependiendo de nuestro desempeño en el combate, el tiempo que nos hayamos demorado para superar el nivel, y nuestro contador de combos, se nos calificará y recompensará al final de cada acto con puntos de experiencia, objetos, dinero, y por supuesto, alguna bonificación adicional si cumplimos las misiones secundarias y dependiendo de la calificación obtenida.

Y bueno… No todo es guerra, muerte, caos y destrucción en Fire Emblem Warriors: Three Hopes, ya que, así como se trasladaron elementos tácticos para los combates, también se trajeron aquellos enfocados en la socialización. Al término de cada combate, nos dirigiremos al punto de concetración, que no es otra cosa que un campamento.

Aquí podremos hacer una determinada cantidad de cosas entre combate y combate, dependiendo de la cantidad de Puntos de Actividad que tengamos, mismos que servirán para motivar, mejorar y estrechar los lazos con nuestros compañeros de batalla. Estas van desde la forja de nuevo armamento, compra de objetos, entrenamiento para el desarrollo de las clases, hasta una cocina para preparar platillos para nuestros camaradas, lo que hará más fuerte y estrecha la amistad, y que se verá reflejado igualmente en el campo de batalla, pues esto permitirá que ejecuten movimientos especiales en conjunto, así como protegerse, curarse y dar soporte cuando más se necesite.

Los momentos que estemos en los campamentos habrá que aprovecharlos también para conversar con todos los presentes de nuestra casa, ya que al entablar una charla con ellos, podremos conocer más del trasfondo que acontece, los gustos, situaciones y complicaciones que mantienen ocupada la mente de nuestros compañeros, así como para acercarnos más a nuestra waifu o husbando, con los que, dicho sea de paso, podremos tener un momento más “privado” con las llamadas “Incursiones”. La dinámica es basicamente la misma que en Three Houses, dónde deberemos llevar una línea de conversación casi perfecta con nuestra cita para así ganarnos el permiso de mirársele más de cerca desde cualquier perspectiva y deleitarnos con su belleza.

La cantidad de cosas por hacer en Fire Emblem Warriors: Three Hopes no se queda atrás de sus juegos más tradicionales, y es que con una historia que va de una duración aproximada de 20 horas según, y considerando que son tres rutas, si a esto le abonamos las capas y capas de actividades por hacer, personalizar y considerar para llevar a lo más alto a cada uno de nuestros personajes, sin mencionar que pueden llegar hasta el nivel 120, y una vez superada la primer historia podemos entrar en el “Maddening Mode”, bueno… Los entusiastas de esta franquicia podrán estar tranquilos porque no podrán disfrutar de las mieles de este juego con todo el rigor que deseen.

Un musou a la altura en lo gráfico y técnico

Si bien, el Switch ya viene arrastrando desde hace varios años su deficiencia por no lograr mantener unos FPS estables en sus juegos más demandantes —y en otros que no tanto—, el paseo por Fire Emblem Warriors: Three Houses no sufre de atropellos tan marcados como lo que se vio en su momento con Hyrule Warriors: Age of Calamity, donde en ocasiones las bajadas de framerate eran más que evidentes. Aquí las hay, pero no son tan constantes, ni tan notorias, aunque eso si, el ventilador del Switch no pasará desapercibido. El hecho de que los escenarios no sean tan complejos, ni de proporciones descomunales, así como que la calidad de las texturas es casi la misma que nos presentó Intelligent Systems con Three Houses, son de los factores clave para que no se vea comprometido el desempeño del juego.

Aun así, luce, se maneja y escucha espectacular, ya que, las tonadas que se utilizan son las mismas piezas épicas de Three Houses, pero más movidas para incitar a la acción. Por otro lado, los interpretes de las voces originales para su versión en inglés y japonés están de regreso, mismas que podremos elegir desde el menú de opciones, mientras que los subtítulos, entre ellos el español, estarán atados al idioma de la consola. Aun y cuando se agradece que venga con subtítulos en español, si fue posible notar algunos errores ortográficos e incluso errores de redacción que no tenían sentido o se notaban que habían sido mal traducidos. El trabajo de traducción es titánico en este tipo de juegos, pero ojalá que en futuras entregas vaya aminorándose este tipo de detalles menores.

¿Es Three Hopes digno representante de la franquicia Fire Emblem?

Los juegos tipo musou son, en muchas ocasiones, meros pretextos para hacer un parque temático de determinada franquicia, sin embargo, lo que hace Omega Force en esta ocasión es apropiarse de todo el bagage de mecánicas que Intelligent Systems ha implementado a lo largo de los años en las entregas de Fire Emblem, y trasladarlas de manera excepcional a este juego. Con ello, logra a atraer a varios públicos a un solo juego, pues hay capas y sistemas de juego para todos sin la necesidad de volverse un tedio para alguno de ellos.

Tiene el perfecto toque de acción y estrategia, aderezado con una historia interesante, aun y cuando sale de una premisa tan sencilla, lo que nos demuestra que, refinando bien la fórmula y combinando los géneros correctos, podemos tener un híbrido que no flaquea en ninguno de sus apartados, y en cambio, lo vuelven en un producto redondo y que se complementa entre sí.

Oigan Omega Force y Nintendo, ¿para cuándo un Xenoblade Warriors? Ya se antoja.

Agradecemos a Nintendo por proporcionarnos el código que hiciera posible esta reseña.

Título: Fire Emblem Warriors: Three Hopes

Desarrolla: Omega Force, Intelligent Systems

Publica: Nintendo

Género: Acción, Estrategia, Juego de Rol

Plataformas: Nintendo Switch

Estreno: 24 de junio de 2022