Reseña: Monster Hunter Rise

Sinceridad ante todo: soy virgen de Monster Hunter.

Jamás he jugado un título de la serie aunque fui atrapado en el hype de Generations cuando apareció en 3DS pero hasta la fecha, sigo sin abrirlo. Esto por una sencilla razón: sabía que me iba a consumir una cantidad bestial de tiempo. Lo cual no me equivoqué ahora al jugar Monster Hunter Rise, el más reciente estreno disponible en Switch y que en tan solo tres días, vendió cuatro millones de copias.

Esta no es una reseña especializada para los más fans de la saga que esperan referencias por doquier. ¿Por qué? ¡Por qué ya tienen el juego! Ellos ya saben que probablemente sea un candidato a juego del año, que las mecánicas nuevas ayudan mucho a la experiencia y como siempre, el modo online es adictivo. Esto es para curiosos como yo, siempre intrigado al alboroto que provoca cada entrega. Y aunque al principio resulta intimidante por la enorme variedad de opciones, Rise es una auténtica obra maestra en todo sentido que cualquiera debe probar.

Después de una minuciosa creación de personaje donde puedes modificar absolutamente todo detalle de su ser, es momento de conocer Kamura Village, donde has sido nombrado cazador del pueblo. Conforme avanzas las misiones, Fugen, el líder de la aldea, te advierte que se avecina un suceso conocido como The Rampage, un mal que cincuenta años atrás azotó Kamura con una horda de monstruos. Aunque pronto acabas con Magnamalo, la criatura que acompaña el caos, esto no significará que los problemas hayan terminado y enemigos más feroces te deparan en el camino.

La curva de aprendizaje es excelente, en un par de horas verás las bases de este divertido gameplay de aventura con elementos RPG y a la vez, te sorprenderás de todas las variables que el juego ofrece. No solo me refiero al tipo de armas, armaduras y objetos que puedes adquirir, sino la forma en la que explorarás cada mapa a partir de tareas que van desde cazar o acabar con un monstruo, recolectar hongos para el restaurante, etc. Hay hasta seis niveles de dificultad de tareas por cumplir, tanto opcionales como urgentes y para proseguir la historia. Incluso encontrarás actividades bobas pero curiosamente adictivas, como la pesca en algunos puntos.

La clave para triunfar y enviciarte es mentalizarte a que cada misión es una aventura distinta con sus propias necesidades. Cada una tiene su límite de 50 minutos para completarse y ya que varias de las optativas son muy sencillas, el tiempo sobrará para explorar lo que hay a tu alrededor. Esto hablando del modo para un jugador porque en multiplayer, la comunicación con tus amigos para cumplir los objetivos del Gathering Hub es crucial. Ten en cuenta que al requerir de más gente, las misiones tendrán una mayor dificultad así que no te recomiendo probarlo a menos que vayas en buen nivel.

Parte de la novedad en Rise es el uso de los Wirebugs, el cual funciona como una especie de gancho a la Bionic Commando. Además de ayudarte a explorar partes elevadas de los mapas (lo cual ya le da un aire fresco a cada nivel entre cuevas, cascadas y montañas) y movilizarte con mayor rapidez, puedes usarlos para atrapar monstruos medianos y montarlos durante un breve periodo. Incluso puedes ponerlo a pelear con otro monstruo que encuentres por ahí para más emoción. Un 2×1 muy eficaz.

Otro de los mayores agregados al juego es un nuevo compañero: el Palamute. A diferencia del felino Palico, un habitual en la serie en el rol de curandero, Monster Hunter Rise introduce a fiel can que podrás montar para recorrer con mayor velocidad los niveles (por alguna razón, me recordó mucho a Okami) y te apoyará en la batalla. Esto vuelve más ágil la cacería, en especial para jugadores solitarios ya que en títulos pasados podía demorar más tiempo sin ayuda alguna. Y si te lo preguntabas, los rumores son reales: puedes jugar y acariciar a tus compañeros. Bien kawaii el asunto.