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En prácticamente todo sentido que puedas imaginar, Bravely Default II para Nintendo Switch es justo lo que esperaríamos de un JRPG

Si existe una compañía que es reconocida como experta en los juegos de rol, o específicamente en los JRPG, esa es Square Enix. Siendo responsable de franquicias tan queridas y redituables como Final Fantasy y Dragon Quest, uno pensaría que fácilmente podría quedarse en la hamaca sacando secuela tras secuela. Por fortuna, esto no es así, y prueba de ella es Bravely Default II.

Con dos juegos previos a cuestas, esta joven serie ha ido cultivando rápidamente una significativa base de fans, quienes desde hace tiempo esperaban con ansias el lanzamiento de Bravely Default II en Nintendo Switch. ¿Cumple con las expectativas? Veamos.

¿Secuela o no?

Algo muy importante que quiero aclarar, es que aunque su nombre así pareciera indicarlo, Bravely Default II no es una secuela. Siguiendo la línea de las ya mencionadas franquicias de la casa, Final Fantasy y Dragon Quest, a pesar de estar numerado este juego nos presenta una historia unitaria, totalmente independiente de los anteriores.

Dicho lo anterior, aunque quienes ya jugaron los otros dos títulos de la serie encontrarán aquí conceptos que les serán familiares, en cuanto a trama se refiere aquí todos empezamos de cero.

Ahora sí, entrando en materia, para esta aventura tenemos a cuatro personajes principales: Adelle, Elvis, Gloria y Seth, quienes tienen básicamente tres objetivos en la vida: ganarse su título de Heroes of Light, recuperar los cuatro cristales elementales de su mundo, y terminar con la fuerza del mal que busca -sí, adivinaste- acabar con toda la existencia.

Aunque el panorama luce bastante complicado, la realidad es que al principio no parece estar tan latente ese sentido de urgencia. La historia progresa mediante capítulos enfocados en ciertas partes del gran mundo del juego, mismos que nos llevan resolver conflictos específicos a manera de subtramas. No es sino hasta una etapa muy avanzada de la trama cuando tendremos que concentrar todos nuestros esfuerzos para cumplir con nuestros objetivos iniciales.

Algo que podrían echar de menos quienes disfrutaron de las anteriores iteraciones de la serie, son las críticas sociales. Mientras que en juegos pasados se expuso la manera en que tanto el gobierno como la religión suelen aferrarse al poder mientras ocultan sus “dudosos” actos, aquí nos encontramos con una historia bastante básica del bien contra el mal llena de clichés. Es una historia sólida y bien construida, sí, pero sin mucha profundiad que digamos.

Saliéndose del montón

Si la historia, aunque bien realizada, peca de acabar siendo bastante básica, la realidad es que es en la jugabiilidad en donde Bravely Default II da el salto de calidad separándose de otros exponentes del género, y todo esto gracias en gran parte a su sistema de jobs, o trabajos.

De inicio, tenemos más de 20 trabajos entre los que podemos elegir, cada unos de ellos con sus propias particularidades, incluyendo sus estadísticas, habilidades y poderes especiales. Por si esto fuera poco, podemos seleccionar un trabajo secundario, cuyas características se combinan con las del principal derivando en una gran posibilicidad de combinaciones, mimas que afectarán nuestra experiencia de juego haciéndola distinta a la de los demás. De igual manera, esto se presta muchísimo para que experimentemos mientras encontramos la mezcla perfecta que más se acople a nuestro estilo de juego.

Por supuesto, toda esta parte de los trabajos es, digamos, la preparación previa de los personajes. Ya en batalla, Bravely Default II se sale un poco de los JRPG tradicionales, donde cada personaje tiene su turno para hacer lo que quiera y los demás esperan pacientemente su momento para actuar. Por el contrario, aquí tenemos la aparición de un par de elementos propios de la franquicia: Brave y Default.

Brave, es una habilidad que nos permite ejecutar un máximo de cuatro movimientos cada turno. No obstante, para evitar el abuso de esta habilidad, conforme la activamos vamos generando BP negativos, y en caso de acumular demasiados, quedamos a merced del rival.

Si Brave es una habilidad ofensiva, Default es una totalmente defensiva. Durante las batallas, podemos ganar hasta tres BP que nos sirven para reducir lo más posible el daño que recibimos. Igual que como sucede con Brave, el maximo que podemos usar por turno es cuatro. Dominar esta par de habilidades puede ser la diferencia entre ganar una batalla contra algún jefe o caer derrotado.

Por cierto, hablando rápidamente del apartado artístico, y aunque un tanto polarizante, en esta área también tenemos un muy buen resultado, el cual por supuesto denota un trabajo de gran calidad.

Las moscas en la sopa

Por más que pudiéramos pasar por alto lo “elemental” de su historia, hay aspectos que terminan por alejar de la perfección al juego de Square Enix. Y básicamente, todo se limita a dos grandes rubros: el apartado técnico, y los descuidos en la experiencia del usuario, lo que se conoce como QOL, o Quality of Life (Calidad de Vida).

Comenzando con lo técnico, el juego sufre de algunas ralentizaciones, principalmente mientras carga las escenas con diálogos. Y, debido a que estamos hablando de un JRPG, las escenas con personajes hablando abundan, por lo que al final del día acabamos teniendo una muy importante cantidad de “tiempos muertos” debido a estas involuntarias interrupciones en el juego.

Siguiendo con lo técnico, otro momento en el que el juego sufre es al cargar las diferentes áreas. No estoy hablando de tiempos de espera exagerados, pero sí más tardados de lo que uno quisiera en un mundo ideal. Cabe mencionar que este par de fallos no son exclusivos del modo portátil, sino que también aparecen cuando la consola está conectada en el dock.

En cuanto a la experiencia del usuario, comenzaré por lo menos, o más grave, dependiendo del gusto y la paciencia de cada quien. Partiendo de la preconcepción de que en todo JRPG el farmeo es una especie de “mal necesario”, aquí diría que la cantidad de peleas que debemos tener simplemente para ganar experiencia ralla en lo “apenas tolerable”. Para que se den una mejor idea, diría que por cada hora de juego en el que la historia avanza, deberemos pasar entre 30 y 45 minutos farmeando.

Otro de los “detalles” que resultan molestos lo tenemos en un lugar que desafortunadamente visitaremos constantemente: los menús. Siendo específico, el menú de pausa y el de batalla. En ambos, nos enfrentamos a un diseño no tan intuitivo como quisiéramos, el cual “esconde” algunas opciones que debieran estar más a la mano. En el caso específico del de batalla, nos oculta información básica como las debilidades. Si bien es cierto podemos acceder a ellas apretando un botón, debido a que esto es algo que acabamos haciéndolo bastantes veces, lo mejor habría sido dejar esta información a la vista desde un comienzo.

Conclusiones

Más allá de su básica pero bien construida historia, su excepcioonal apartado sonoro y su polarizante diseño artístico, Bravely Default II resalta por su riquísimo sistema de combate, característica que sumada a todo lo anterior, y a pesar de sus -perdonables- fallos técnicos, hacen de este un JRPG ampliamente recomendable para los fans del género.

Título: Bravely Default II

Desarrolla: Square Enix

Publica: Nintendo

Género:  JRPG

Plataforma: Nintendo Switch

Estreno: 26 de febrero de 2021