Reseña: Shenmue III
Shenmue III es la nostalgia hecha videojuego. Un título que recuerda bastante a las entregas originales, más para bien que para mal
Cuando se anunció oficialmente Shenmue III, los fans de la serie no pudieron ocultar su emoción, y no era para menos. Mientras el seguidor de franquicias más populares debe esperar uno, dos o tres años por un nuevo título, los de Shenmue aguardaron por más de 15 años.
Por supuesto, la pregunta del millón no podría ser otra: ¿habrá valido la pena tanta espera?
Siendo una franquicia cuya más reciente iteración fue estrenada en 2001 para Dreamcast, me parece vale la pena recordar un poco de qué va la trama.
El camino de Hazuki
Nos encontramos en el año 1986. El protagonista es el joven Ryo Hazuki, de 18 años. Al volver a su casa-dojo ubicada en la aldea Yamanose, descubre que unos hombres han sacado a la fuerza a su familia.
Lan Di, uno de los atacantes, le pregunta al padre de Ryo, Iwao Hazuki, si recuerda al hombre que mató. Antes que Hazuki responda cualquier cosa, Di decide eliminarlo.
Sabiendo únicamente que Lan Di viene de China, que es experto en un estilo de artes marciales desconocido y que se robó un espejo misterioso, es como nuestro héroe sale en busca de respuestas.
A lo largo de la historia de la franquicia somos testigos del crecimiento interno de Ryo. Un camino que inicia impulsado por la venganza, poco a poco se transforma en un trayecto motivado por la curiosidad. Todo, hasta finalmente cumplir el último deseo de su padre: proteger a los seres más queridos.
Un serie que se sale de “su género”
El primer juego, lanzado en Japón en 1999 y en América en 2000 de la mano de Sega, trajo consigo interesantes características.
Dirigido por Yu Suzuki -quien repitió para Shenmue III-, nos presentó el sistema de juego Full Reactve Eyes Entertainment, o FREE, por sus siglas. Gracias a él, podiamos interactuar en el ambiente del juego de manera muy similar al a vida real. Cambios climáticos, relaciones personales, todo está presente. Hoy en día puede sonar como algo muy visto, pero en su momento fue innovador.
Para no extenderme demasiado en esta parte, otras características de Shenmue incluyen el ser una suerte de Sanbox con bastantes similitudes con el género JRPG.
Nos encontramos con diversas mecánicas de juego, incluyendo algunas propias de los beat’em up, otros de aventuras gráficas, peleas 1 vs 1, carreras, stealth y hasta Quick Time Events (QTE). En fin, una franquicia que hace gala de todos los recursos que considera adecuados para contar una historia, sin encasillarse en las reglas no escritas de un género en particular.
Justo en donde nos quedamos
Ryo Hazuki y Shenhua Link en una cueva relacionada con los espejos del fénx y el dragón. Así terminó Shenmue II y así inicia Shenmue III. El camino de redención de Hazuki continúa, con la misión de encontrar a un personaje que lo conducirá por dos regiones de las montañas de China, un par de escalas antes de llegar a Di.
Pero no solo continúamos donde nos quedamos en la trama, sino también en aquella época de los videojegos. Esa donde los mapas no nos decían demasiado. Es justo por “detalles” como ese, que a los fans de la serie gustará esta entrega y a los ajenos podría ahuyentar. Trabajos tediosos como pescar, cortar madera y hasta usar un montacargas, son básicos si queremos ganar dinero y comprar comida para sobrevivir.
Otra característica que la separa del montón es el ritmo circadiano de nuestro personaje. Se duerme a las 10 de la noche y se despierta a las 8 de la mañana, siempre como relojito suizo. Despúés de todo, un héroe necesita sus 10 horas de descanso para acabar con el mal, ¿no? Eso sí, hay partes que nos permiten “brincarnos” los ciclos de sueño para avanzar más rápido.
Lamentablemente, un punto que deja bastante que desear es el control. Los combates cuerpo a cuerpo han sido simplificados bastante. Lo que antes se veía y sentía bastante orgánico, hoy parece muy tosco.
Los QTE también se vieron afectados. Ya no tenemos caminos alternos si fallamos un botonazo (como en la segunda parte). Tampoco hay que presionar combinaciones de botones, limitándonos a responder con un solo botón. Ah, y como cereza de este mal pastel, el tiempo que tenemos para reaccionar es muy poco. Unos diran que esto le da más realismo, poniendo a prueba nuestros reflejos. Otros, que más bien termina por afectar la experiencia al hacerte repetir una escena más de una vez. Yo soy de los segundos.
Sobre la duración, Shenmue III nos ofrece unas buenas 25 horas aproximadamente. Como siempre, depende del nivel de cada jugador y sus costumbres de juego. decir, si normalmente avanza de manera lineal sin mirar atrás, o si por el contrario gusta de detenerse a ver escenarios y conversar con medio mundo.
Shenmue III: una secuela a destiempo
Con pocos fans en relación en relación a otras franquicias. Con un Yu Suzuki inactivo desde 2001. Con una compañía desmarcada del proyecto como lo es Sega. Con un desarrollador prácticamente desconocido como Ys Net. Con un presupuesto aproximadamente 10 veces menor al de las entregas originales.
Contra todo eso y más debió luchar Shenmue III para ver la luz del día. Una entrega que, sin tratar demasiado de reinventarse, sí es una digna continuación. Las carencias jugables y técnicas son evidentes, y eso, aunado a su naturaleza misma, lo convierten en un título no recomendable para todos. Vamos, un juego pensado casi exclusivamente para quienes jugaron los anteriores.
Eso sí, si a pesar de no conocer nada quieres darle una oportunidad, los desarrolladores pensaron en ti. Con un resumen de todo lo sucedido hasta ahora en la trama, no tienes pretexto para no darle una oportunidad si así lo quieres.
Piensa en Shenmue III como “un juego para Dreamcast que recién salió para otra consola”. Algo así como Shovel Knight, un juego “de NES” el cual debutó hace no mucho tiempo en diversas plataformas.
Detrás de su forma única y de sus defectos, te espera una gran historia.
Título: Shenmue III
Desarrolla: Ys Net
Publica: Deep Silver
Género: Acción-Aventura
Plataforma: PlayStation 4 (versión reseñada) y PC
Estreno: 19 de noviembre de 2019