Reseña: Modern Combat Blackout

Published

6 años ago

febrero 21, 2019

Este es un trabajo para Capitán Genérico.

Modern Combat Blackout es el nuevo port que llega al Switch cortesía de Gameloft. Se trata de la quinta entrega de esta saga que encontró popularidad en dispositivos móviles a principios de la década. Blackout, lanzado originalmente en 2014, llega al sistema híbrido de la Gran N para llenar un vacío de FPS en la consola. Salvo Doom y Wolfenstein II, no existe una oferta del género en Switch. ¿Será que este título satisfará a los gamers ansiosos de enfrentamientos online y una campaña profunda? ¡Claro! Si te gustan los juegos carentes de personalidad, por supuesto.

La historia nos pone en los pies de Cayden Phoenix, soldado contratado por Gillam Security para enfrentar al World Liberation Army, facción terrorista que ha robado armas químicas de las Naciones Unidas. Al poco tiempo, descubres que Gillam está coludido con los antagonistas y solo tú, podrás detener este complot de tráfico de armas.

Esta es la oportunidad perfecta de presentarles el manual para crear tu propio FPS genérico. Toma nota, pues todos estos elementos forman parte de la mediocridad de Modern Combat. No querrás recaer en lo mismo.

Protagonista hiper varonil con un nombre cool.
Historia trillada de soldados futuristas combatiendo el terrorismo con la palabra del plomo. Indispensable que el protagonista haga de todo para proteger a su familia.
Escenarios exóticos, de preferencia en países no coludidos con EUA. El poder de la democracia estadounidense es la número uno, hijo.
Mujer atractiva encargada de darte información.
Importantísimo: ataviar a todos los personajes en armaduras futuristas negras. Punto extra de genialidad si llevan googles o algún casco.
Misiones carentes de personalidad impulsadas por el único objetivo de balacear todo lo que se mueva. Incluso si son civiles, al juego le importa un carajo, pues no hay penalización.
Por supuesto, un infaltable multiplayer. Mejor aún cuando no encuentras con quien diablos jugarlo.

Realmente, no encuentro motivo alguno para Gameloft de trasladar un juego de hace cinco años que si en aquel entonces se sentía como la vil copia al carbón de Black Ops II, ahora se siente más añeja. Vaya, los perezosos ni siquiera se esforzaron en lanzar mejoras gráficas. No existe una sola chispa de genialidad en todo el título. Solo está el impulso de avanzar para conseguir puntos, subir de experiencia y ocasionalmente, personalizar tus armas (mismas que tampoco sobresalen). Nada hace especial a este juego, aunque si tiene elementos bien ejecutados.

Las misiones de la campaña son muy cortas, otro ejemplo de como no mejoraron la experiencia del celular. Sin embargo, esto quizá pueda agradar a los que solo cuentan con minutos al día para una dosis de balazos. Los mismos escenarios son lineales, sin posibilidades adicionales de cumplir tus objetivos. En general, las misiones solo se caracterizan por una variedad de tres tareas: acaba el nivel, has determinada cantidad de headshots y consigue o activa un objeto. Otras modalidades te permiten solo dedicarte a acabar con una veintena de malosos… Y ya.

Hay elementos buenos, sin duda. El diseño sonoro es agradable y el uso del giroscopio para apuntar con el Switch mientras juegas en modo portátil, es interesante (¿por qué tantos satanizan esta acción?). La acción en general es buena y los controles son sencillos de aprender. Pero cuando parece que las áreas más básicas están dominadas, te encuentres con el problema de que no puedes correr, saltar o caminar mientras estás en cuclillas, restándole muchísimo a la estrategia empleada.

El multiplayer en línea da la impresión de ser divertido. Los escenarios son bastante grandes y cuando se juntan varios jugadores en una misma sección, la acción es grata. Sin embargo, rara vez logré encontrar una partida con más de cuatro personas, a pesar de que está disponible hasta para doce.

Conclusión.

El título cumple en los apartados más básicos y dada la nula oferta de FPS militares que existen en el Switch, quizá sea llamativo para algunos fans del género; en especial porque solo cuesta 20 dólares en la eShop. Algo es seguro: será olvidado en cuanto salga algún Call of Duty o Battlefield en la consola. No es el peor juego del mundo, pero no hay nada sobresaliente.