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El universo de deidades y horrores cósmicos llega en la forma de un videojuego que reúne muchos elementos, tal y como la entidad a la que hace referencia.

A lo largo de los años, los videojuegos no han dejado pasar la oportunidad de basarse o inspirarse en las historias de grandes autores de la literatura y dar paso a recreaciones de un universo que se ha mantenido entre las líneas de un libro.

Uno de estos casos es el de The Witcher de Andrzj Sapkowski o Metro 2033 de Dmitry Glukhovsky, sin embargo, hay otros más en los que únicamente se toma inspiración de ellos para formular una historia original, aunque, claro, con rasgos muy marcados que denotan tal inspiración, claro ejemplo, Bloodborne de Hidetaka Miyazaki, quien toma parte de la mitología, diseños y ambientación de los libros de H.P. Lovecraft.

Call of Cthulhu de Cyanide Studio y Focus Home Interactive, si bien, no es el primer juego que presenta las ideas plasmadas en papel de H.P. Lovecraft, si se trata de una que lo hace de forma oficial y a partir del relato más popular del escritor estadounidense y siguiendo su mitología.

Un caso que va más allá de la compresión humana y nuestra realidad

Tal y como si se tratara de un relato más de Lovecraft, Call of Cthulhu de Cyanide Studio nos pone en los pies de Edward Pierce, un veterano de la Primera Guerra Mundial que lucha contra su pasado, el alcoholismo y unas misteriosas visiones que ponen en duda su cordura o si se trata de un efecto secundario de su adicción.

Corre el año de 1924 en Boston y nuestro protagonista ahora se dedica a ser un detective privado que carga con un oscuro pasado y sin muchos casos por atender. Todo da un giro de 360 grados cuando un hombre de edad avanzada se presenta en la puerta de su oficina para pedirle ayuda para esclarecer la misteriosa muerte de su hija, la reconocida artista, Sarah Hawkins, su marido e hijo.

El suceso, de acuerdo con el padre de Sarah, va más allá de un simple incendio y una enfermedad mental, sino que se trata de algo mucho más paranormal y a niveles fuera del entendimiento humano. Esto hace que Pierce viaje hasta el lugar de los hechos para una investigación de campo: la misteriosa isla de Darkwater, un paraje olvidado por la humanidad donde la economía se basaba en la caza de ballenas, pero en los últimos años ha ido en declive.

La ambientación de la isla es una clara referencia a las obras de Lovecraft, ya que, desde el primer momento de nuestro arribo, se podrá sentir a flor de piel una sensación lúgubre de que algo está sucediendo el en lugar y no se trata solamente de una sociedad en declive por los recientes sucesos y será tarea de Pierce descubrir lo que verdaderamente sucedió con Sarah Hawkins y de paso, descubrir los oscuros secretos que alberga la isla y sus residentes.

La historia se estará desarrollando a partir de conversaciones con los habitantes, así como al explorar las diferentes locaciones del lugar y los sucesos que en ella ocurran, tal y como si se tratará de una aventura gráfica o de point and click. Debido a ello, la trama se irá desmenuzando de forma lenta y dando lugar a todo lo que en ella ocurre, por lo que, las expectativas por un título de constantes escenas de acción o para jugadores que busquen una experiencia fácilmente digerible y rápida, esta no es una opción.

El juego de tablero de Chaosium trasladado a un videojuego

Además de basarse en el relato más popular de Howard Phillips, Call of Cthulhu, también ha adaptado el sistema de juego en base a lo que estableció Chaosium en 1981 para el juego de tablero del mismo título.

Esto quiere decir que, además de ser una aventura gráfica/ point and click, también cuenta con rasgos de un juego de rol (RPG) al dotar a nuestro protagonista de un árbol de habilidades que se podrá desarrollar conforme a puntos de habilidades para mejorar las aptitudes de investigación, psicología, fuerza, elocuencia, ocultismo, medicina y percepción, esto mediante porcentajes, por lo que, entre más subas de nivel dicha habilidad, mayor será el porcentaje, y por ende, se tendrán mejores resultados al ponerlo en práctica.

Cada habilidad permitirá resolver las situaciones de diferentes formas, ya sea de forma pasiva o activa, o bien, aumentando nuestro conocimiento en determinado tema para un mejor entendimiento o ejecución.

Ejemplo: necesitamos obtener más información sobre el caso y la forma de hacerlo es hablando con las personas, para lo cual, podemos recurrir a la intimidación y hostilidad, o bien, hacer uso de la elocuencia para resolverlo de forma más inteligente y pacífica. Por otro lado, al mejorar habilidades como percepción, facilitará el proceso de identificar objetos dentro de un lugar determinado, y con ello, hacernos con más información.

Este sistema de juego inspirado en la versión de tablero logró trasladarse y adaptarse de forma óptima al videojuego, logrando abrir un abanico de posibilidades. Las repercusiones que se presentan a las situaciones más comunes como platicar con un residente, analizar una zona o demás, no influirán en la trama, y solo aquellas que estén identificadas con un símbolo, serán las decisiones clave que definan el desenlace.

Dependiendo de cómo desarrollemos a Edward Pierce será la facilidad con la que nos aproximemos a las situaciones y la forma de resolverlas, lo cual agrega un valor adicional de rejugabilidad experimental que motivará a que, en una segunda vuelta, deseemos afrontar de manera distinta tal o cual decisión.

Se percibe como si fuera un relato más de H.P. Lovecraft

La atmósfera que plantea el autor estadounidense es un factor fundamental al momento de desarrollar cada historia, y para el videojuego no es la excepción, ya que, sin duda alguna, estamos ante el mejor apartado que más destaca de toda la obra de Cyanide Studio.

Desde la pantalla de inicio, nos encontramos con una leve pero muy tétrica canción que nos dirá claramente que se trata de una aventura que llevará nuestros sentidos al límite con lo que estamos por presenciar. Posteriormente, la atmósfera se vuelve aún más sombría cuando debemos escapar de una celda, y lo que parece ser, la reunión de un misterioso grupo de una secta más que desconocida.

Los sucesos que presenciamos y la magnitud de lo paranormal van en asenso conforme vamos adentrándonos en los oscuros secretos que albera la isla de Darkwater. En un inicio todo es desconocido para Edward Pierce y de cierta forma, hasta escéptico, sin embargo, entre más información y conocimiento adquiere, descubrirá que no todo es lo que parece, e inclusive, hasta comienza a dudar sobre su propia realidad y si lo que está viviendo, no es una alucinación.

En el primer momento que pisamos la isla de Darkwater, sentimos esa vibra de que algo ocurre en ese en decadencia, luego de haber visto sus mejores años, pero que recientemente se vio mermado por la desaparición de las ballenas y por ende la economía fue en declive estrepitosamente.

Si a eso la sumamos que la paleta de colores se declina por una variedad de tonos grises, azules, verdes y cafés, poca iluminación en lugares cerrados y días en los que parece que la furia de Cthulhu cae sobre el poblado a manera de lluvia y días nublados, dará como resultado una una experiencia que nos situará sin problema alguno dentro del universo al que H.P. Lovecraft nos tiene acostumbrados, gracias a la gran dirección artística y cuidado al detalle que se le imprimió a esta adaptación.

Ese nos lleva a hablar del apartado visual del título, el cual no reluce por su calidad, sino que más bien, se ve claramente que el estudio dedicó todo su esfuerzo por hacerlo lo más creíble posible, y realmente sentirnos dentro de una historia más de Lovecraft. Los modelos de los personajes no son los mejores, y en algunos casos, hasta se nota la falta de interés por desarrollar más de un tipo, ya que se puede ver a un personaje en más de una ocasión dentro de una misma área, pero caracterizado de otra forma.

Los movimientos de los personajes son auténticos, pero muy sencillos, aunque es en las expresiones acartonadas, donde se percibe aún más la poca ambición por entregar un título de calidad.

La música, si bien no sobresale con tonadas memorables, si hace un excelente acompañamiento a la atmósfera que se puede presenciar a cada instante, mientras que, las voces e intérpretes realmente suenan convincentes, lo cual habla muy bien del compromiso que tuvieron los actores de voz para dar vida a sus personajes.

Una mezcla de ideas que no termina por definirse a sí mismo

Los relatos de H.P. Lovecraft tienen dos puntos fuertes que los hicieron destacarse: la historia y la ambientación, y para Call of Cthulhu de Cyanide Studio sucede la misma situación. Aun cuando se trata de una historia lenta y no para cualquier tipo de público, tiene su propio encanto, con situaciones que nos dejarán tensos y al borde de la cordura de inicio a fin, e inclusive, con las ganas por volverlo a jugar para así conocer ambas caras de la moneda y ver cómo distintas decisiones pueden llevar a otro desenlace.

En cuanto al trabajo de ambientación, hace de este mundo uno muy convincente y que seguramente los fans del autor y del género del misterio y suspenso seguramente disfrutarán, a pesar de que trata por ser una maravilla técnica y visual con gráficos y modelos de personajes de una calidad pasable, pero sin destacar.

Las mecánicas resultan muy originales y van acorde al tipo de juego que es, pues se trata de una aventura que se centra especialmente en la investigación y obtención de datos a través del entorno y los personajes. Por desgracia, al ser una combinación de varias ideas a la vez, estas no terminan por refinarse y por ende solo tenemos ligeros esquemas de un RPG, de exploración y decisiones, pero sin ser algo en concreto.

Título: Call of Cthulhu: The Official Vide Game

Desarrolla: Cyanide Studio

Pública: Focus Home Interactive

Género: RPG y survival horror

Plataforma: PC, PlayStation 4 y Xbox One

Estreno: 30 de octubre de 2018

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