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Stay away from the voodoo, mon…

De todas las expansiones de World of Warcraft, Legion es, sin miedo a equivocarme, una de las mejores que hemos visto en los diecisiete años de vida del juego. Llegó a romper con la mala impresión que dejaron sus antecesoras ante la comunidad luego de las no tan emocionantes Mists of Pandaria y Warlords of Draenor y nos recordó que, a pesar de su edad, el equipo de Blizzard todavía tiene buenas ideas bajo la manga para mejorar nuestra experiencia en línea y hacernos volver mes con mes a seguir jugando.

Lo mejor que tuvo Burning Crusade y Wrath of the Lich King reapareció totalmente modernizado en Legion y todos nos preguntamos ¿cómo podría continuar luego de semejante mejora? La respuesta es muy sencilla: seguir haciendo bien lo que ya sabes hacer bien y mejorar lo que no resultó tan bien.

Y justamente así es como llega Battle for Azeroth, la séptima expansión del longevo World of Warcraft, un MMO-RPG que, a pesar de su larga trayectoria, sigue dando buenos ejemplos de como actualizar una franquicia que debía haber terminado hace varios años.

A pesar de tener el tiempo en contra, es sobresaliente cómo los desarrollaodres siguen generando contenido interesante para los jugadores: una historia intrigante entregada con una buena narrativa, grandes ambientaciones, muchas actividades para nivel máximo y pvp por todos lados. Esta expansión cuenta con todo lo mencionado, siguiendo los pasos de su antecesora, mejorando algunos aspectos y aunque otros se quedan un poco cortos.

La historia continua con las dos líneas que quedaron abiertas al final de Legion: por un lado, nos encontramos un Azeroth que está herido debido a la espada que Sargeras logró enterrar luego de ser vencido y reclamado por sus hermanos Titanes. Tal herida ha hecho que aparezca por todos lados un material hasta ahora desconocido llamado azerita y el cual, aparentemente, no solo funciona como fuente de energía sino como arma que alimentará el conflicto entre Horda y Alianza. Por otro lado, tendremos éste con una Sylvanas Windrunner decidida a eliminar definitivamente a sus enemigos comandados por Anduin Wyrnn luego de una breve alianza contra un enemigo mayor que puso en peligro la existencia de todos en Azeroth.

Con una de las mejores secuencias introductorias al juego que se han visto, Battle for Azeroth rápidamente muestra su carta más fuerte para este ciclo: la calidad de su narrativa a través de los escenarios, clips de video hechos con el motor del juego y su historia. Evidentemente, esta última es la base de todo y promete ser de las más emocionantes hasta hoy.

Así, ambas facciones se encaminarán a buscar aliados en los dos nuevos continentes a explorar: la Alianza se acercará a los humanos expertos en navegación de Kul Tiras mientras que “los rojos” intentarán suerte con el legendario imperio troll en Zandalar. Cada una de estas áreas tendrá un arco de historia distinto para cada facción en el cual nos presentarán cómo se dará la integración de éstos aliados en la lucha. Los dos nuevos continentes ofrecen una excelente ambientación que te hará disfrutar la historia enormemente gracias a la inmensa cantidad de detalles que se han inlcuido. Y de las dos, debo resaltar el trabajo realizado en Zandalar el cual es totalmente basado en las coloridas culturas precolombinas para la creación del imperio Zandalari: por todos lados encontrarás detalles aztecas, mayas o incas. Y dinosaurios: estos trolls tienen dinosaurios.

Y como es de esperarse, tenemos también una actualización visual que sube un poco la barra en cuanta calidad se refiere además de la inclusión de muchas mejoras sonoras que se disfrutan mucho y suman puntos para la ambientación. Lamentablemente, al no tener un cambio de fondo en el motor gráfico, seguimos teniendo un World of Warcraft que no luce “de esta generación”. Más aun, los tiempos de carga se han incrementado considerablemente aun cuando no parece un juego de gráficas modernas además que el rendimiento en la máxima calidad puede quedar comprometido, sobretodo cuando hay muchos personajes combatiendo con todas sus habilidades.

En términos de gameplay es donde quizás, para decepción de unos, para gusto de otros, hay menos cambios. En esta ocasión la mecánica del artefacto legendario que acumula poder cambia de ser un arma a ser un collar llamado Hearth of Azeroth el cual será clave para el desarrollo no solamente de la historia del juego sino del crecimiento de tu personaje.

De forma parecida a lo visto en Legion, el necklace en cuestión acumulará poder conforme reúnas azerita en tus aventuras. Poco a poco éste ganará niveles con él, algunas piezas de tu equipo podrán desbloquear nuevas habilidades de entre las cuales deberás elegir hasta un máximo de tres, una cada vez, dependiendo de tu especialización particular para tu clase.

El sistema no funciona mal pero puede sentirse un tanto hueco para algunos. Personalmente encuentro muy interesante el hecho que este sistema agregue una capa de estrategia nueva en World of Warcraft pues siempre es bueno estar optimizando tus opciones para mejorar dungoeons y raids, como siempre ha sucedido. Sin embargo, el hecho que todas las habilidades sean pasivas transmite la sensación de que en realidad no has tenido un progreso pues no tienes nuevas que puedas utilizar a tu gusto y conveniencia. En sí, continuaremos con las mismas habilidades y hechizos con que nos quedamos en Legion y nada más.

De igual forma, el camino a nivel máximo también permanece como hasta ahora lo conocemos. Luego de la secuencia introductoria y una presentación formal con tus nuevos futuros aliados, podrás elegir una de tres zonas distintas que llamen tu atención en Zandalar o Kul Tirás (dependiendo de si eres de la Alianza o la Horda) y recibirás un paquete de misiones para cumplir.

Una vez hecho esto, recorres la zona completándolas y regresas para entregarlas, recibiendo otro paquete de misiones o una nueva ubicación que visitar. Enjuague y repita. Es la misma fórmula, efectiva pero invariante, que ha gustado a muchos y aburrido ya a tantos más. Blizzard se ha esforzado en tratar de darle variedad a algunas misiones, como por ejemplo aquella en Zandalar donde debes enseñar a un triceratops a ser un cazador efectivo, mostrándole cómo huir de un t-rex fuera de control… y luego ayudando a controlar al rex y regresarlo a su corral.

En el mismo tenor se encuentran los diez nuevos dungeons disponibles hasta el momento. Algunos son en exceso simples y sin tanta gracia, como The MOTHERLODE, donde más bien parece que se hizo un esfuerzo mínimo para llegar a la marca de los diez dungeons pues no tienen algún distintivo que haga recordarlos por algo en específico más allá del nombre.

En otros es notorio el trabajo que se invitrió en ellos, pues están muy bien realizados y llenos de detalles ligados no solo a la zona donde se encuentran sino a la historia. Por ejemplo: en Atal Dazar uno de los jefes que encontrarás es un personaje aliado de Rastakhan (el líder de los trolls zandalari) que muere a manos del enemigo y ahora regresa en tu contra. Huesos y todo.

Y como es de esperar, la vida en Battle for Azeroth comienza a nivel 120. Para empezar, cuando llegues a este nivel muy probablemente todavía tendrás varias horas de contenido disponible en el continente elegido. Eventualmente el contenido de tu facción en la isla contraria será desbloqueado para “ayudar a la causa” y tratar de sabotear los planes de tus enemigos. Además, las World Quests regresaron desde Legion con muchas recompensas para los valientes que se unan y, por supuesto, el modo jugador contra jugador estará todo el tiempo presente para aquellos que quieran levantar con honor la bandera de su facción.

En esta ocasión encontraremos una modificación interesante al PVP conocido como War Mode, el intento de Blizzard de recrear el viejo World PVP para el cual existían servidores dedicados. Ahora, en todos, los jugadores podemos optar por entrar o no en este modo para reclamar recompensas adicionales.

Personalmente no me fascina la idea de estar cuidándome la espalda en todo momento pues siempre existe el riesgo que un enemigo salga de las sombras para intentar arruinar la misión en la que te encuentras, pero eso es algo sumamente personal. He visto muchísimas personas que, sin miedo, tienen su bandera levantada a favor de defender la causa de su facción. Honor y gloria para ellos.

Por el momento no se encuentran disponibles los dungeons en dificultad mítica, los raids ni el Warfront (una de las características más nuevas e interesantes de la expansión) pues se liberarán durante septiembre de este año. Mientras tanto, Blizzard nos dio otra nueva actividad para realizar a nivel máximo llamada Las Expediciones Insulares.

Son escenarios generados aleatoriamente para que te unas con dos amigos (o desconocidos) a intentar obtener la mayor cantidad de recursos posibles. Te enfrentarás a otro grupo similar, sean jugadores o bots con algo de inteligencia artificial de distintas dificultadores, para poder competir por la azerita disponible en el escenario y quien obtenga más resultará ganador. Debo señalar que los bots son muy buenos en su trabajo de imitar jugadores, pero la realidad es que hasta el momento la experiencia contra humanos es la más entretenida y complicada.

En cuanto a las características nuevas, debo hacer notar que una de ellas, las razas aliadas, está trabajada de una forma que me parece algo injusta. Para poder desbloquear una en tu cuenta de WoW, deberás regresar a contenido anterior del juego para ganar reputación con dicha raza en sus expansiones correspondientes, trabajo que quizás, para quienes son fieles jugadores del juego durante tantos años, ya tendrán realizado. Pero un jugador nuevo que comienza su aventura o uno que vuelve luego de algunos años, se encontrará con muchísimos días de trabajo adicional de contenido que probablemente no sea de su interés pues no corresponde a Battle for Azeroth.

Y los problemas se hacen más cuando notas que algunos requisitos involucran entrar a raids viejitos. No es un trabajo imposible, pero dado que la idea de una expansión nueva es disfrutar su contenido y no el de las anteriores, me parece algo absurdo tener que volver al anterior para disfrutar del nuevo. Quizás sería muy beneficioso alguna mecánica que permita a los jugadores utilizar el trabajo realizado en Battle for Azeroth para esta causa y no obligar a los jugadores a volver al pasado

En resumen, Battle for Azeroth refina la fórmula clásica de World of Warcraft que se ha trabajado durante muchos años. Uno de los cuestionamientos que tuvimos cuando comenzamos a conocer esta nueva expansión era si podría cumplir con las expectativas de todos luego del excelente trabajo hecho en Legion. Claramente no tiene el factor sorpresa a su favor, pero Battle for Azeroth es una buena continuación del trabajo realizado en su predecesora.

Las Expediciones Insulares, War Mode y Warfront junto con los calabozos míticos y raids, además del gringind antes mencionado para desbloquear las razas aliadas, prometen una buena cantidad de actividades para realizar en el ciclo de vida de la expansión; sin embargo, si eres un jugador que está cansado de la monotonía de la fórmula de la franquicia y Legion no fue suficiente para ti para hacer que vuelvas, es probable que mejor dediques tu tiempo a algún otro juego que te ofrezca algo distrinto por realizar.

Si eres como yo que todavía se entusiasma por conocer un continente y dungeons nuevos o eres un adicto al pvp del estilo de WoW, Battle for Azeroth será una entrega que no quisieras perderte, particularmente si sientes curiosidad de qué sucederá un una Sylvanas que está totalmente descarriada.

Título: World of Warcraft: Battle for Azeroth

Desarrolla: Blizzard Entertainment

Publica: Blizzard Entertainment

Género: Juego de rol

Plataforma: Windows PC

Estreno: 14 de agosto de 2018