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Con Pato Box, México continúa su tradición como cuna de grandes boxeadores

Sus buenos años de sangre, sudor y lágrimas costó, pero hoy por hoy el desarrollo independiente goza de un importante lugar en la disputada industria de los videojuegos. Cada vez son más quienes ven a los “indies” como una verdadera opción de diversión, y sobre todo de originalidad, algo que en ocasiones parece escaso en un mercado dominado por las grandes compañías y sus visualmente impresionantes títulos “triple A”.

Y sí: Pato Box es un juego que representa con bastante dignidad no sólo al desarrollo mexicano, sino a los juegos independientes como tal.

Antes que cualquier cosa y para estar todos en contexto, cabe señalar que el equipo detrás de Pato Box es el de Bromio, estudio independiente mexicano con sede en Puebla que se ha dado a la tarea de crear un juego inspirado en los juegos de antaño, principalmente en la serie Punch Out!! de Nintendo.

Pero más allá de ser una copia barata de la serie de la Gran N, Pato Box es una propuesta lo suficientemente original como para brillar con luz propia, con un encanto del que otros no pueden presumir.

Un campeón que no supo escoger sus compañías

La historia del juego nos dice que Primo, mejor conocido como Pato Box, es un extraordinario boxeador -con cabeza de pato-, cuya habilidad lo ha llevado a ganar prácticamente todo lo que el deporte de los puños puede ofrecer.

Encontrándose en la cima de su carrera y de manera totalmente sorpresiva, el juego comienza con un Pato Box perdiendo el cinturón que lo certifica como campeón, esto frente a un público que no da crédito de lo sucedido.

¿La respuesta? Deathflock.

La empresa que se había encargado de patrocinar su carrera, es también la responsable de su histórica caída. Pero, ¿por qué? Esa, mi estimado, será sólo una de las respuestas que deberás encontrar conforme avanza la historia, la cual poco a poco se va tornado compleja, y muchísimo más sombría de lo que cualquiera pudiera haber imaginado de una trama protagonizada por un pato antropomórfico.

Alguien tiene que pagar los platos rotos y los sueños destrozados

Y ese no serás tú, evidentemente.

Luego de tocar fondo a causa de quienes creía sus amigos, Pato Box decide hacer una visita nada amistosa a las oficinas de Deathflock. Desde luego el camino hacia la retribución no será nada fácil, y para llegar con el máximo jefe de la compañía deberemos primero abrirnos camino a costa de sus achichincles.

Cada piso de Deathflock representa un nivel distinto del juego, el cual deberemos explorar mientras resolvemos uno que otro reto y/o puzzle, recolectamos objetos coleccionables como gorros de fiesta y las “Patokens”, para al final del camino -en la mayoría de las veces- enfrentarnos a un jefe final con el que deberemos “boxear”.

Escribo “boxear” de manera entrecomillada, debido a que la mayoría de los jefes no son boxeadores como tal, sino más bien personajes con bastante personalidad (desde un cocinero hasta un científico). Cada uno de ellos tiene sus propios motivaciones, sus historias, y el cuidado en cada de ellas y en cómo se entrelazan, es digno de resaltar.

Por fortuna, los niveles gozan también de esa misma personalidad, pues el diseño de cada uno de ellos ofrece posibilidades distintas a las del anterior, dando variedad al juego en todo momento evitando caer de manera tan recurrente e innecesaria en situaciones monótonas. Además, en cada uno encontramos a NPC’s cuyos comentarios y pensamientos seguro te sacarán más de una sonrisa y una que otra carcajada.

Algo que no quiero dejar de mencionar es la buena cantidad de referencias que podemos encontrar a lo largo del título; evidentemente, a Punch Out!!, pero también a personajes de la cultura mexicana, como El Santo.

Retadores que te harán sudar el control

Si tuviera que ponerlo en porcentajes, diría que el grueso del juego, con un 75% nos la pasamos explorando cada nivel, mientras que el restante 25% corresponde a las peleas con cada jefe.

El estilo de pelea es una calca de lo visto en la ya mencionada franquicia de Nintendo, pues Pato Box comparte los movimientos del buen Little Mac, a excepción del ataque más devastador del multicampeón de la WVBA (World Video Boxing Association).

Por su parte, cada enemigo cuenta con sus propios patrones de pelea, los cuales deberemos identificar, analizar y memorizar, si es que queremos vencerlos para conseguir el emblema de cada uno de ellos, ítem clave, pues no será sino hasta que los juntemos todos que podamos vernos las caras con el manda más de Deathflock. Y por cierto, cada que consigamos uno de ellos, tendremos acceso a su respectiva habitación, donde además de conocer más de su personalidad, podremos ofrecerles la revancha, siendo esto último algo que también podemos hacer en el modo arcade del juego.

El nivel de dificultad de cada pelea es realmente importante, y conforme avancemos no se hará más fácil, sino todo lo contrario. Cada lucha está compuesta por tres “rounds”, y en cada uno de ellos el oponente modifica ligeramente su estrategia, haciéndolos la vida más difícil.

La realidad es que nadie puede decir que pasó Pato Box a la primera sin perder ni una sola pelea. En lo personal, hubo encuentros con jefes que me tomaron bastante tiempo, pues aunque memorices los patrones éstos no siempre los mismos, y el tiempo de reacción ante ellos es bastante pequeño, obligando a poner nuestra coordinación mano-ojo a tope, como en los viejos buenos tiempos del NES. Desde luego, esto hace que cada victoria “sepa más”.

Como pequeño tip de vida -dentro del juego- lo mejor es prestar atención a cada documento que encontramos en el escenario, pues varios de ellos nos dan hablan sobre las vulnerabilidades de los oponentes, mientras que otros van llenando los huecos que pareciera haber en este interesante rompecabezas narrativo.

Encontrando tu estilo

Tal y como uno esperaría de todo título de Nintendo Switch, Pato Box nos ofrece la posibilidad de jugar tanto en nuestro televisor como en los modos portátil y de sobremesa o table top; con los Joy-Con, como con el Joy-Con Grip o con el control Pro; sin, o con los sensores de movimiento activados.

En realidad depende totalmente de ti cómo quieras jugarlo. Si tu elección es la de los controles de movimiento, déjame decirte que funcionan muy bien, y dependiendo de tus hábitos de juego, hacerlo de esta manera podría terminar volviendo las peleas más o menos difíciles.

El último round

Hablando brevemente de la música, sinceramente cada melodía escogida me parece genial, pues va bastante ad hoc con el estilo visual blanco y negro que hace recordar a juegos como Mad World o en términos generales a todo lo Noir. El apartado sonoro y el estilo tipo cómic, dotan al juego de mucha personalidad, ayudando a resaltar del resto.

En el apartado técnico, puedo decir que el juego sufre de una que otra ralentización, sobre todo en partes muy específicas; nada que lo vuelva injugable, pero sí es algo notorio y que ha de señalarse.

En contraparte, la decisión de combinar elementos del escenario en 3D con objetos en 2D que siempre están “de frente” a la pantalla, no es únicamente una solución práctica e ingeniosa en términos del apretado presupuesto del que seguramente dispuso Bromio, sino una que no desentona con el entorno. Además, puntos extras para el desarrollador por el gran manejo de blancos y negros, pues prácticamente siempre sabemos qué está en primer plano y qué no.

Al final del día, Pato Box es una propuesta bastante interesante, con una trama que poco a poco te va enganchando, con peleas que son un reto aún para los samuraís del control. Un título que como periodista y jugador me deja con un muy buen sabor de boca por su originalidad volviéndolo una experiencia memorable, y como mexicano alimenta mi esperanza de cara al futuro del desarrollo en el país.

Título: Pato Box

Género: Acción y aventura, arcadia, peleas

Desarrolla: Bromio

Publisher: Bromio

Plataforma: Nintendo Switch, Windows PC, PS Vita

Fecha de estreno: 9 de julio en Nintendo Switch (versión jugada)

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