Crítica: Pacific Rim: Uprising
Pacific Rim: Uprising es como un Jaeger sin su piloto, vacía.
Esta película sucede 10 años después de los eventos de la primer entrega. Luego de que se cerrara heroicamente la brecha, la humanidad vive en una cómoda paz, los gobiernos siguen manteniendo la iniciativa de los Titanes, aunque con un poco de pesar por el alto costo que representa y algunas empresas comienzan a ofrecer alternativas para producir sus propios Jaeger.
En este contexto se nos presenta a Jake, (John Boyega) quien es hijo del ya fallecido, pero leyenda de la humanidad, Stacker Pentecost. Boyega reniega de su pasado y el legado de su padre, abandonó el programa de pilotos y ahora se dedica a robar piezas de Jaeger caídos para venderlos en el mercado negro y como es de esperarse se mete en una serie de problemas por sus actitudes delictivas. Es ahí donde conoce a Amara Namani (Cailee Spaeny), una niña genio que ha construido su propio Jaeger a través de piezas de chatarra, ambos personajes se enrollarán en un conflicto que finalmente los llevará de vuelta a la academia de Jaegers y eventualmente a ser parte de la única esperanza para salvar al mundo (tan cliché como suena).
Boyega hace un papel respetable con cierto nivel de carisma, sin embargo se cae al presentar a un héroe de catálogo, es el clásico renegado que se peleó con su pasado y en un punto encuentra la motiviación para pelear e invitar a sus aliados a que lo acompañen. Su co-protagonista, Amara, también pareciera que la vimos en muchas otras películas e incluso tiene un pasado y razones para odiar a los Kaiju, pero que al final en esta secuela, no acaba de consolidarse, mostrando tan solo un personaje inverosímil y metido casi a la fuerza.
La primera parte transcurre entre un ir y venir de conflictos que tienen poca relevancia para la propia cinta y la saga, además muchos de los temas aquí presentados como el pasado de los protagonistas, la condición en la que se encuentra el mundo e incluso la aparición de los Kaiju son tratados de una forma totalmente superficial provocando un ligero interés del espectador por los sucesos.
El principal problema de Pacific Rim: Uprising es que carece de alma, el trabajo entregado por Guillermo del Toro, estaba plagado de homenajes y referencias a la cultura japonesa de los monstruos y robots gigantes, pero todo el tiempo se notaba un amor y respeto por el género. En esta ocasión se pierde mucho de ese sentir por culpa de una trama plagada de clichés y situaciones que pareciera que se hizo por encargo más que por gusto propio.
Se nota demasiado la ausencia de Del Toro en la dirección y de Travis Beacham en la creación de personajes e historia, ya que aquí incluso los Jaeger, con todo y sus nombres súper cool, tan solo parecen unos robots genéricos.
No me resultaría extraño que después de que la saga estuviera al borde de la cancelación al no recaudar lo suficiente en Estados Unidos, pero sí en el resto del mundo, los ejecutivos y equipos de marketing hubieran metido su cuchara y le hubieran puesto al director una lista de puntos a cumplir, dejando el espíritu de Pacific Rim a la deriva y haciéndolo un producto meramente comercial.
En ese sentido los efectos visuales cumplen y las peleas entre robots y kaijus llegan a ser llamativos. Es justo aquí donde se nota la mano de Steven S. Deknight, que demostró previamente con Spartacus y Daredevil de Netflix que sabe hacer coreografías y dirigir la cámara adecuadamente para que cada golpe de la peleas se sienta espectacular y que a diferencia de todo lo demás de la película llegue a emocionar.
La primer entrega era como conjuntar todo lo espectacular y valioso de historias provenientes de los géneros de robots gigantes y kaijus, sí, tenía muchos lugares comunes en su historia, pero a final de cuentas lograba apropiarse de un estilo propio para ofrecer una renovación que el género no había visto, al menos no a ese nivel en la pantalla grande. Pacific Rim: Uprising, es todo lo contrario, es quizás justo contra lo que peleaba la primer entrega una trama hueca, superficial, llena de acción y batallas con efectos vistosos, pero sin espíritu y que justamente pone en riesgo la continuidad de la saga.
Pacific Rim: Uprising es como un Jaeger sin su piloto, vacía.
Título: Pacific Rim: Uprising
Director: Steven S. DeKnight
Guión: Steven S. DeKnight, Emily Carmichael
Reparto: John Boyega, Scott Eastwood, Tian Jing, Charles Day
Género: Ciencia Ficción
Estreno: 23 de marzo 2017