O lo bueno y lo malo de ser quien le habla a los demás sobre un juego.
Dedicarse a lo que a uno le gusta, estará siempre en el top de lo que le puede pasar a una persona. Por más trillado que pudiera sonar, laborar en algo que realmente te apasiona hace que todo el esfuerzo puesto en él, sea más bien entretenido y agradable en lugar de aburrido y agotador.
Reseñar videojuegos es uno de ellos. El ecosistema al que muchos solemos referirnos como “industria de los videojuegos”, es uno bastante amplio; incluye, por supuesto, a todo el equipo involucrado en el desarrollo como tal, el equipo de mercadotecnia, en fin, un mar de gente; el jugador final, quien a final de cuentas es quien en teoría goza de meses de trabajo de bastantes de personas, fungiendo a la vez como juez y verdugo máximo; y en algún lugar en el medio estamos nosotros la prensa, responsable de informar de manera oportuna sobre lo que pasa en la industria, tanto lo “bonito” (como los trailers nuevos y las fechas de lanzamiento), como lo “feo” (como despidos injustificados, bugs enfadosos, etc).
“Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad”
Como miembro de la prensa especializada, no les negaré que uno de los mayores privilegios que uno puede tener, o al menos así es como yo lo veo, es el de reseñar un juego. El que una compañía le facilite al medio en el que colabores un título, sea en formato físico o digital, y a su vez éste lo canalice contigo para realizar, lo que debe ser considerado como un privilegio y a la vez una enorme responsabilidad.
Para comenzar, estás recibiendo un juego de manera gratuita, el cual por supuesto te has ganado con tu buen trabajo, tu constancia y tu integridad, y para el cual echarás mano de tu experiencia tanto práctica como teórica para poder escribir sobre él.
Pero eso no es todo, pues además de recibirlo sin pagar un centavo por él, en muchas ocasiones lo recibe con antelación del resto de jugadores que con ansias lo esperan, seguidores a morir de la serie que quisieran tener la más nueva iteración desde el momento en que fue anunciado.
No obstante, también conlleva una gran responsabilidad. Todo aquél que ha de realizar una reseña, debe ser lo suficientemente consciente hacer uso de toda su experiencia como videojugador y como reseñador. Se ha de comprometer a jugar un número de horas coherente con la duración del juego en cuestión, hacerlo de forma atenta para poder evaluar todos y cada uno de los aspectos del título.
Un reseñador emite un juicio, el cual no puede ser objetivo en un 100%, pues cuenta con sus conocimientos particulares, y lo que ha jugado y experimentado a lo largo de su vida difícilmente corresponderá de manera exacta a la de otro analista.
Sin embargo, el que la reseña final no sea imparcial en su totalidad, no significa que tome partido en pro o en contra de un juego. No puede ser verdugo y atacar sin compasión a un producto sólo por ser de “equis” o “ye” compañía, franquicia o demás; de igual forma, tampoco puede ser porrista, sólo porque se trata de un título de una empresa a la que le tenemos efecto o una serie que amamos.
Podemos, y hasta cierto punto debemos dejarnos ver tal y como somos, con nuestros gustos, sí, pero justificando con argumentos sustentados el por qué creemos que el apartado visual de un juego es lo mejor del mundo, mientras que su gameplay es pésimo.
Yo por ejemplo, actualmente cuento con el privilegio de reseñar Mulaka, un juego que como mexicano me llena de orgullo por su mera existencia, pero que a la vez debo ser lo suficientemente imparcial como para evaluarlo sin que la nacionalidad del mismo nuble mi juicio.
Quien habla sobre un juego, no tiene porque buscar quedar bien con nadie, así como tampoco ha de temer hablar mal de un título por quedar mal con una compañía. Es su deber contar, sin ningún tipo de filtro y siempre bien fundamentado, lo que le pareció el juego en cuestión.
A título personal, sugiero a todo aquél que espera un juego con ansias a leer más de una reseña, a tratar de comprender cómo piensa, cómo mira la vida cada uno de sus reseñadores para encontrar aquél que mas se adecué a sus gustos.
Ningún reseñador es perfecto, pero sí puedes encontrar a los que mejor se adecúen a tus gustos, y así te sea más fácil tomar una decisión sobre qué juego puede gustar y cuál no, aunque al final del día serás tú y sólo tú, quien tenga la mejor decisión.
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